Dra. Lucía Almaraz Cázares • Docente UNIVA Ciencias Sociales y Humanidades
Nos encontramos de manera muy recurrente en las noticias que se ha privado de la vida a una mujer, esto parece ya no asombrarnos, podría decir que hemos normalizado la violencia que sufren las mujeres. Existen estadísticas en el rubro alarmantes, es precisamente la Organización de las Naciones Unidas que, al realizar un estudio sobre el tema específicamente en México, arrojó los siguientes datos:
7 mujeres son asesinadas cada día en México.
2 de cada 3 mujeres mexicanas han experimentado algún tipo de violencia.
41% de las mujeres mexicanas han sido víctimas de violencia sexual en alguna etapa de su vida.
Otro dato es que sólo un 25% de los casos son investigados como feminicidios, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. En México, menos del 10% de los delitos se denuncia. En muchos de los casos el delito contra la mujer no se sujeta al tipo de feminicidio sino al de homicidio doloso. El feminicidio se encuentra contemplado en el Código Penal del Estado de Jalisco en el artículo 232 bis, que establece que: comete el delito quien prive de la vida a una mujer por razones de género, ligándolo a XI fracciones más, se sanciona con una pena de 40 a 70 años, sin embargo, esta pena no ha inhibido la comisión de este delito.
Actualmente, Jalisco está ubicado en el tercer lugar nacional en violencia contra las mujeres. Durante 2018 se abrieron 211 carpetas de investigación por violación sexual, 5 mil 98 por violencia intrafamiliar, mil 228 por abuso sexual a niñas y se siguió la línea de investigación en 14 feminicidios. Cinco de los principales municipios de Jalisco están entre los 100 con mayor cantidad de presuntos feminicidios. El 20 de noviembre de 2018, la Secretaría de Gobernación emitió la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres en Jalisco, sin embargo, desde febrero de 2016, se encuentra activa la alerta estatal de violencia, mecanismo mediante el cual, el gobierno estatal se comprometió a implementar estrategias de prevención, protección, seguridad y justicia en casos de violencia a la mujer. Este dispositivo tampoco fue o es un factor que propiciara la disminución del feminicidio en el estado.
En la actualidad sólo 19 estados de la república cuentan con un tipo penal que cumple total o parcialmente con las características para poder acreditar el delito (privar de la vida a una mujer por razones de género). Los estados son: Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
Las 13 entidades que no cuentan con un tipo penal adecuado son Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala y Yucatán. Todas —a excepción de Chihuahua, que incluyó una conducta típica específica hasta 2017, sin reconocer hasta la fecha el término “feminicidio” en su Código Penal— han hecho una o dos reformas sin que esto implique una mejora en la tipificación del feminicidio, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
Organismos Internacionales como el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), advirtió que México debe adoptar medidas urgentes para prevenir, investigar y juzgar las muertes violentas y desaparición de las mujeres. Este organismo refiere que las mujeres y niñas mexicanas siguen siendo blancos de la inseguridad, violencia, crimen organizado y tráfico de drogas.
Es prioritario que el gobierno mexicano implemente estrategias de prevención, investigación, persecución del feminicidio, y con ello diseñar y aplicar acciones de sensibilización y socialización de los derechos de la mujer, talleres dirigidos a varones sobre las nuevas masculinidades, políticas públicas integrales que atiendan el fenómeno y que erradiquen la violencia hacia la mujer.
Las mujeres debemos comprender que no somos nosotras las culpables de la violencia que nos ejercen y que, si bien es cierto debemos cuidarnos, no es nuestra responsabilidad la aplicación de medidas preventivas. Me resulta irónico escuchar que debemos dejar de hacer algunas cosas propias de las mujeres como no salir a la calle, llegar más temprano a casa, no usar determinada tipo de ropa o no acudir algunos lugares. La verdad es que estoy totalmente de acuerdo con el eslogan “La calle es nuestra y la noche también”, hagamos nuestro este eslogan y continuemos luchando desde nuestras propias trincheras por el respeto y garantía de los derechos de la mujer.
