Mtro. Juan Pablo Ruíz Huerta · Profesor del Departamento de Ciencias Económico Administrativas (CEA) y el Centro de Lenguas Extranjeras (CELE), UNIVA Guadalajara
Hace unas semanas el padre Aurelio González, director de preparatoria UNIVA, me prestó un libro muy interesante Generación Y: ¿Cómo son los hijos y alumnos del siglo XXI?, en él leí una frase muy interesante: ¿Aprendimos con información de antier y queremos enseñar a nuestros alumnos con información de ayer? Esta frase acaparó mi atención debido a que, en este momento y después de la pandemia por Covid-19 nos encontramos en las aulas con otro tipo de educación y otro perfil de estudiantes, es curioso escuchar a docentes decir que el estudiante de hoy no le interesa nada, que es apático y que él pone una barrera con el docente, como dice el cabecita de algodón: mentira estudios han comprobado que la barrera la ponemos nosotros los docentes, la mayoría de docentes no está interesado en conocer al nuevo estudiante, platicar con ellos, preguntar qué música escuchan, programas de TV, redes sociales, cómo les gusta aprender, videojuegos, que capta su atención, hoy la educación cambió y tenemos alumnos revolucionados que ya no usan un cuaderno y un bolígrafo, que ya no imprimen trabajos finales y que están interesados en aprender cosas útiles para su vida personal y profesional, las clases de la vieja escuela, como la conocemos muchos, han quedado obsoletas le pese a quien le pese.
Esto es una realidad que no se puede detener, los estudiantes piden a gritos clases dinámicas, concisas que aporten práctica para su vida real, ahora los alumnos por fortuna ya no tienen el chip de salir de una carrera universitaria y entrar al mundo laboral a una empresa a trabajar, lejos quedaron los tiempos en los que los estudiantes querían trabajar en una cervecera o en una refresquera internacional, hoy día ellos buscan emprender, tienen tantas revoluciones por minuto que sus mentes piensan demasiado en cómo generar dinero o reconocimiento, les encanta generar impacto en redes sociales, hacer negocios en las mismas y poder vivir de ellas.
La educación cambió para bien de todos, hoy a nosotros, los docentes, la educación nos demanda cambiar y reinventarnos totalmente, nos indica que tenemos que ser profesores flexibles, que pongamos atención a los sentimientos de los jóvenes, que adoptemos las tendencias que ellos siguen, que les enseñemos de la manera que se acerca a su realidad y no la de nuestra realidad, que en verdad los preparemos para su vida laboral con herramientas que puedan utilizar no solo con la gramática, debemos olvidar el concepto tirano del típico profesaurio, llegaste tarde 10 minutos tienes falta, o no me enviaste el trabajo a tiempo, ya no lo voy a revisar, hoy día esto ya no funciona, no digo que la disciplina hay que dejarla de lado, claro que es buena y necesaria, pero hoy tiene una aplicación diferente, porque en la educación que estamos viviendo, estos conceptos generan frustración en el estudiante y provocan que no tenga un aprendizaje adecuado debido a que si no eres flexible tienes a un estudiante molesto, y por la misma molestia no va a tener la predisposición de aprender.
Finalmente, es muy cierto que si queremos continuar en esta profesión tenemos que adaptarnos, cambiar, comenzar a comprender la cultura del nuevo estudiante y no enseñar con información de antier ni de ayer, enseñar con información de hoy, misma que genere frescura y aprendizajes significativos laborales, personales y profesionales para el estudiante.
