
Juan José Rojas Delgado · Coordinador de Investigación UNIVA Zamora
El cuidado del medio ambiente es un tema que se ha tratado desde hace décadas, sin embargo, los resultados aún dejan grandes retos donde se requiere actuar de manera urgente.
Si bien los países han hecho compromisos internacionales y se tienen metas específicas como las de la Agenda 2030 , estas no se logran de forma aislada, por lo que la participación de todos es esencial.
En este sentido el Papa Francisco a través de la encíclica Laudato si’ (Alabado seas) del 2015 hace un llamado sobre el cuidado de nuestra casa común, reconociéndola como una madre para los seres vivos, mostrando datos crudos del deterioro ambiental y llevándonos a reflexiones importantes tomando como fundamento las enseñanzas de San Francisco de Asís.
El valor de esta encíclica está más allá de los datos, compromisos y culpas, ya que busca llegar al interior de cada ciudadano, organización, gobernante o país, para que redescubramos la maravilla de la naturaleza, considerarnos como parte de ella y reconociéndola como un bien común; siendo responsables del cuidado del aire, de la tierra, del agua, comprendiendo sus conexiones y que si uno de estos elementos es contaminado afecta a los otros de manera inmediata.
A través de la educación ambiental podemos llegar a conocer y aprender sobre ecología, medio ambiente, impactos ambientales y contaminación, pero lo que realmente se requiere es actuar para prevenir, mitigar, resolver, remediar y tratar de darle una nueva vida a esta espacio que es único, que nos ha cobijado por tantos años y que en algunos años podría perder su capacidad de recuperación natural que aún tiene.
La familia, la escuela, las empresas, el gobierno y las naciones tienen en la educación ambiental una oportunidad para incidir en los seres humanos, para que cada uno podamos hacer un cambio. Este cambio individual y grupal que pasa del conocimiento a la acción es lo que necesitamos, para que a través de esta fortaleza logremos ser parte de la solución en materia ambiental.
La educación ambiental tomando como base a la encíclica Laudato sí, nos puede llevar a valorar nuevamente a la naturaleza, los seres vivos que habitan los diferentes ecosistemas y el regresar a un ser humano que se reconozca como parte de la creación. Si recordamos nuestra esencia donde la ternura, la compasión y preocupación por otros seres vivos y nosotros mismos como seres humanos podremos pasar de la preocupación a la acción, al sentir como nuestra esta casa.
No se trata solo de aprender técnicas o desarrollar grandes avances científicos, el inicio está en reconocernos como hermanos de todos los seres vivos y como un habitante más en nuestra casa común y un ser de la creación, capaz de hacer algo por los otros desde la posición privilegiada que tenemos.
El Papa Francisco nos pide orar por nuestra tierra pidiendo a Dios que nos ilumine para actuar a favor de ella, para ser y hacer vida.
Sana nuestras vidas, para que seamos protectores del mundo y no depredadores, para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción.
Fragmento de Laudato si’ (Papa Francisco, 2015)
Referencia
Papa Francisco. (2015). Laudato si’: Sobre el cuidado de la casa común [Encíclica]. https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html