Hugo Aceves Marín · Profesor de idiomas en línea
La Selección Mexicana está una vez más en la boca de todos. Tras el incendio que dejó Diego Cocca con su partida, se habla de crisis y se habla de que el combinado nacional ha tocado fondo. Todo este revuelo trajo a Jaime El Jimmy Lozano en calidad de salvador, pero ¿es esto nuevo? En esta redacción nos vamos a echar un clavado a la historia y vamos a ver cómo se han manejado estas crisis anteriormente en el tricolor.
Para fines prácticos, vamos a empezar este viaje en el tiempo en el año 1991, justo después de que México pagara el castigo de dos años impuesto por la FIFA por meter cachirules en un torneo juvenil de 1988. En este año llegó al banquillo un entrenador de mucho renombre a nivel internacional llamado César Luis Menotti. Este genio del fútbol argentino, apodado El Flaco por su delgado físico, fue campeón con Argentina en 1978 y llegó a revolucionar a la selección. Sin embargo, como ya es costumbre en nuestro balompié, la llegada de Menotti fue obra de directivos como Emilio Maurer y Francisco Ibarra García de Quevedo, que llegaron a sus cargos a base de sobornos. Su llegada significó la pérdida del control de la selección por parte de la televisora que ya todos conocemos, la cual se puso manos a la obra con una campaña en contra de estos directivos y que al final surtiría efecto. Quizás todavía no te suena familiar, pero no comas ansias, lo hará.
Lo primero que hizo el Flaco fue empezar a echar mano de futuras promesas, en aquel entonces, un tal Jorge Campos y otros de su generación. Otra cosa que vale la pena resaltar es que cuando el argentino era el mandamás de la selección no existían los partidos moleros que conocemos hoy en día, por lo que el entrenador escogió a muchos rivales de jerarquía para partidos amistosos. Fue así como México jugó contra Rusia en Moscú, partido que, por cierto, fue el primer partido de la Federación Rusa con tal nombre después de la disolución de la URSS. También hubo juegos contra la Bulgaria de Stoichkov en Sofía y contra la Rumanía de Hagi en Bucarest, por mencionar algunos. No obstante, el drama no tardaría en llegar, ya que, el antes mencionado Emilio Maurer, terminaría cediendo ante las presiones de la televisora que lo traía en la mira, renunció y dicha renuncia se llevaría entre las patas a Menotti. Tras todo este drama, el redentor y salvador de El Tri fue Miguel Mejía Varón.
Después del mundial de Estados Unidos 94, se vivió una etapa de cierta estabilidad hasta que en el año 2000 volvimos a las andadas cuando Manuel Lapuente dejó su cargo y Enrique El Ojitos Meza se convirtió en el nuevo entrenador. Este fue el inicio de un calvario futbolístico que casi nos deja fuera de Japón-Corea 2002, dándonos una de las peores eliminatorias mundialistas de la historia. La debacle de Meza fue marcada por El Aztecazo ante Costa Rica y derrotas muy dolorosas frente a Honduras, en la siempre difícil sede de San Pedro Sula. La selección, al borde del precipicio, tuvo que buscar a un nuevo redentor, un mexicano que se pusiera la capa de héroe y salvara al equipo. En aquella ocasión, el elegido fue Javier Aguirre, y no nos olvidemos de este nombre, ya que lo repetiremos más adelante. Al final, con un gran resurgimiento, México terminó sellando su pase ante Honduras en el estadio Azteca. El pase se vio manchado cuando las alarmas de amaño saltaron una jornada antes con la inexplicable derrota de Honduras en Trinidad y Tobago en un partido que le habría dado el pase a los catrachos.
Siguiendo con el historial de drama de telenovela futbolera, tenemos que saltar al año 2009, ya que para Alemania 2006 todo fue fácil y sin muchos sobresaltos. En esta ocasión el villano vuelve a ser un extranjero, el sueco Sven Goran Eriksson, quien llegó con la encomienda de calificar a México al mundial de Sudáfrica 2010. El sueco, de manera muy similar a Enrique Meza, terminaría fracasando de manera estrepitosa con una de las selecciones más carentes de personalidad de la historia. La base de esa selección era de muchos naturalizados, los cuales hicieron un papelón, otra vez en San Pedro Sula, donde los comentaristas hondureños se mofaron durante toda la transmisión llamando a México: La selección resto del mundo. Esto, más la patética imagen de Oswaldo Sánchez pidiendo clemencia a David Suazo para que dejaran de atacar, marcó el principio del fin. El salvador, una vez más, fue Javier Aguirre y volvió a cumplir con el cometido.
Me parece que después de leer los párrafos anteriores ya está más que claro el patrón que ha seguido la selección, pero por si no ha quedado claro, hablemos de las eliminatorias a Brasil 2014. Como ya lo hicimos anteriormente, necesitamos un villano y un mesías. Nuestros villanos se llaman José Manuel Chepo de la Torre, y por dos partidos, Víctor Manuel Vucetich. La eliminatoria esta vez fue tan paupérrima que México tuvo que jugar un repechaje internacional ante Nueva Zelanda. Lo peor es que el combinado nacional ni siquiera se ganó ese lugar, sino que Estados Unidos no lo dio al vencer a Panamá in extremis en el país canalero. En esa eliminatoria también hubo un nuevo aztecazo, esta vez a manos de Honduras. Al final, la maquinaria de la televisora más grande del país puso a su entrenador favorito en ese momento, Miguel El Piojo Herrera como salvador de la selección con una base de jugadores americanistas. México venció a Nueva Zelanda con facilidad y se coló a Brasil 2014.
Como conclusión, está de más decir que en esta ocasión México no jugará eliminatorias mundialistas por la localía del siguiente mundial. Aun así, la destitución de Diego Cocca, puesto por dirigentes que le quisieron arrebatar el mando a la televisora, nos dice mucho, ya que una vez más, esta televisora ha dicho: Ya metiste la pata y ahora entró yo con mi redentor en turno a salvar este barco que se hunde. Así que no te sorprendas cuando enciendas tu televisión y en los medios deportivos escuches cosas como: Le cambió completamente la cara a México o Subámonos al Lamborjimmy. Esto es más de lo mismo, más de lo que vende y tiene a los paisas en los Estados Unidos, desembolsando sus dólares y comprando el producto llamado Selección Mexicana.
