Mtro. Jorge Luis Padilla Zamora ∙ Jefe de Mercadotecnia y Comunicación Institucional, UNIVA La Piedad
¿Qué sabes hacer?, es la pregunta más común con la que nos encontramos en las entrevistas laborales. Y una de las respuestas más comunes es: sé hacer de todo. Lo que me pongan a hacer, eso hago. Y así como ese ejemplo, hay más, ¿qué pasa en los deportes? Los jugadores de fútbol, por ejemplo, ahora no solo juegan una posición, sino que también tienen que dominar dos o tres posiciones más para poder ser competitivos…, el problema surge después, cuando no encontramos a una persona que se considere especialista en un rubro concreto.
En los últimos años, se ha difundido la definición de multitasking. El autor Aagaard J. lo define como: la realización de distintas actividades de forma simultánea durante un periodo específico, entendiéndose más como una distinción cualitativa entre las actividades que están dentro y fuera de la tarea principal.
Pero esta habilidad de poder hacer más de una actividad a la vez, si bien en su momento, fue considerada como una habilidad de alta competitividad, en la actualidad estamos pagando los intereses de ella. Ya que las personas que presumen de poder realizar este tipo de actividades son especialistas en todo, pero también especialistas en nada. Es muy ególatra llegar a pensar que tenemos la capacidad de poder realizar toda aquella actividad que se nos imponga o se nos ocurra. Claro, todos tenemos la capacidad para desarrollar una serie de destrezas genéricas, pero no todos pueden contar con la proyección necesaria para poder aplicarla con excelencia. Las personas tenemos una capacidad finita para realizar varias actividades a la vez; el conocimiento y las tareas son tantas, que jamás acabaríamos de nombrarlas.
El multitasking, si bien es una habilidad que puede ayudar a marcar la diferencia en ciertas ocasiones, no debería ser nuestra principal cualidad por perfeccionar. Nuestra realidad laboral, académica y social, exige personas altamente capacitadas para realizar satisfactoriamente tareas concretas, que requieren de un análisis muy específico y que solo una persona que tenga el desarrollo concreto en el área podrá aplicar de forma exitosa.
Si necesito tener una operación de coronarias, no busco un nefrólogo que conozca del corazón, busco a un cardiólogo. Si necesito goles en un equipo de fútbol, no busco un defensor que sepa atacar, sino un delantero que defina la única pelota de gol que tenga. Estamos más que nunca necesitados de altos especialistas, en todas las ramas, para poder desarrollar programas que ayuden a fortalecer las áreas más débiles de nuestro entorno directo.
Aclaro, tener un conocimiento general de las cosas es bueno, nos ayuda a tener una visión compartida que facilite la buena gestión y administración del capital humano y económico, sin embargo, dejemos las tareas de especialidad a quien realmente sabe hacerlas. Formemos profesionistas capaces de resolver problemas concretos y confiemos en ellos el futuro. Me parece que esa es la clave para el desarrollo de los nuevos perfiles profesionales.
Bueno, y tú… ¿Qué sabes hacer?
