
Dr. Francisco Navarrete Baéz · Docente Investigador UNIVA Guadalajara
Los últimos dos años hemos escuchado hablar constantemente sobre la Inteligencia Artificial (IA). Está presente en casi todas las actividades humanas cuando interactuamos con un dispositivo, ya sea un celular, computadora, automóvil o televisión; o cuando adquirimos servicios como solicitar comida a domicilio, realizar operaciones bancarias, comprar por internet e incluso al utilizar redes sociales. Se va volviendo parte de nuestra vida sin que nos percatemos.
Todo esto ha derivado en un crecimiento exponencial de la demanda, ya sea de IA generativa o IA de apoyo para facilitar actividades diarias. La dependencia de la IA ha superado cualquier expectativa; su control sobre las actividades diarias ha sido notable, y el negocio generado por ella es impresionante.
Como antecedente, podemos decir que la IA lleva muchos años en el mercado. Sus orígenes se remontan a más de 40 años atrás, con un crecimiento significativo hace 15 años, gracias a la incorporación de nuevos desarrollos de dispositivos electrónicos (comúnmente conocidos como chips), lo cual facilitó su integración en el desarrollo de software. Sin embargo, el crecimiento mundial significativo ocurrió hace 5 años, cuando grandes empresas se dieron cuenta de que existía un mercado muy amplio y variado, pero poco explotado. Así, grandes corporaciones comenzaron a desarrollar diversas aplicaciones de IA para ofrecer en la venta de sus productos o servicios ya existentes, con la intención de dar un plus y diferenciarse de la competencia.
Desde entonces, comenzó una gran carrera para acaparar el mercado con IA, que los usuarios, como usted y yo, hemos comenzado a notar en los últimos dos años. Para generar, desarrollar, implementar y utilizar IA se requiere de la tecnología más avanzada, especialmente en los chips que llevan nuestros dispositivos. Estos chips deben ser capaces de procesar datos en millonésimas de segundo para comprender las solicitudes de los usuarios y proporcionar respuestas inmediatas como posibles soluciones. Por ello, los equipos computacionales deben incluir este tipo de chips. No cualquier empresa a nivel mundial puede producir y vender estos chips a gran escala y a precios competitivos.
En este contexto, la empresa NVIDIA ha comenzado a jugar un papel predominante en el mundo de la electrónica, especialmente en el ámbito de la IA. La creciente demanda de estos chips ha beneficiado a NVIDIA, que ahora domina una gran parte del mercado de semiconductores.
¿Y quién es NVIDIA? Fundada en 1993 por Jen-Hsun Huang, un taiwanés radicado en California, Estados Unidos, NVIDIA comenzó fabricando chips para el desarrollo de videojuegos hace más de 30 años. Su especialidad ha sido la producción de gráficos de alta calidad y animaciones para videojuegos de alta gama. Sin embargo, algo cambió radicalmente. NVIDIA se dio cuenta de que, a través de su investigación y desarrollo en unidades de procesamiento gráfico (GPU), también podían abordar otras tareas aún más exigentes, como mejorar el rendimiento informático de las unidades centrales de procesamiento, comúnmente conocidas como los ‘cerebros’ de las computadoras.
Uno de los usos de estas GPU es realizar cálculos matemáticos para sistemas complejos, que son fundamentales para la IA. Estos cálculos son similares a cómo operan los chips gráficos. Así, mediante el desarrollo y uso de sus GPU, podían entrenar sistemas de IA más complejos, lo que los colocó a la vanguardia de todos los competidores a nivel mundial. Esto incluye a grandes corporaciones como Intel y AMD, que también están desarrollando estos chips pero aún están lejos de alcanzar a NVIDIA.
Para dimensionar el valor comercial actual de NVIDIA, en 2016 sus acciones cotizaban a 1.40 USD por acción y hoy valen 142 USD por acción, lo que representa un aumento de 142 veces en ocho años. Actualmente, su capitalización bursátil es de 3.23 billones de dólares (trillones en la nomenclatura mexicana). Comparando esta cifra con el Producto Interno Bruto (PIB) de algunas naciones en 2023, encontramos que el valor de NVIDIA supera al de países como México (1.94 billones), Canadá (2.19 billones), Brasil (2.23 billones), Australia (1.74 billones), España (1.61 billones) y Corea del Sur (1.85 billones).
En resumen, el impacto de NVIDIA en el negocio de la IA es indiscutible, y se espera que mantenga su liderazgo en el mercado durante los próximos años, a menos que otras empresas logren igualar su tecnología o NVIDIA lance al mercado un producto aún mejor que el actual.