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Divide et impera

Por 19 octubre, 2021Líderes de Opinión

Mtro. Óscar Jiménez Mayorga • Docente UNIVA Plantel Guadalajara

 

Divide et impera, frase latina que el pópulo atribuyó al genio militar, político y dictador romano, Julio César (100 a. C. – 44 a. C.)

Desarrollando la anterior cita, Roma dividía a las naciones rivales y les ofrecía a los diferentes grupos de poder, concesiones, privilegios, ciudadanía romana (complicada de obtener), etc. Todo lo anterior en diferentes porcentajes y “a unos sí y a otros no”; con esto garantizaban la lealtad de dichos líderes (aunque fuera por algún tiempo) y a la vez eliminaban cualquier connato de sublevación contra el imperio.

Esta práctica tan antigua ha seguido viva a través de los siglos, y desgraciadamente vemos que ha echado raíces muy profundas en nuestro México, que a lo largo de su historia independiente, ha padecido este fenómeno provocando grandes catástrofes -una tras otra- durante el siglo XIX, en las cuales se vivieron diferentes episodios como: la caída del imperio y el nacimiento de la República, la invasión estadounidense, la Reforma, liberales contra conservadores, la intervención francesa y así podríamos continuar hasta el inicio del siglo XX con movimientos que desencadenaron la caída de Porfirio Díaz y la pelea por la silla presidencial.

Con lo mencionado anteriormente, podemos decir que es más que evidente la desunión entre nosotros como mexicanos; nunca hemos visto por lo que nos une y nos representa… México. En nuestra época, ya cercanos a la segunda década del siglo XXI, vemos con nitidez cómo sigue esa lucha agresiva y hasta sanguinaria por el “hueso”. Surgen nuevos movimientos contra la llamada “mafia del poder”; quienes lograron triunfar en los últimos comicios ofrecieron “las perlas de la virgen”, pero iniciado su gestión, cometieron los mismos errores del pasado, ahora renombrando las antiguas divisiones como los fifís y los chairos, y por momentos retomando el término de conservadores.

La pregunta que formularía dado todo lo mencionado, sería la siguiente: ¿por qué nadie ve que para el resurgimiento de un país se necesita de todos?

Creo firmemente que desde fuera nos ven como un país bendecido con recursos naturales y minerales, que podría ser poderoso, pero que estamos desunidos y somos tan sensibles porque vienen de otros países a aprovecharse de nosotros, a decirnos nuestras verdades y nos hacemos los ofendidos. Como en 2017 nos lo dijo el embajador japonés, Akira Yamada: “no hay ningún país fuera de México donde se crezca con tanta rapidez, con tanta escala la inversión japonesa” y agregó: “Los inversionistas japoneses, los empresarios japoneses, creen en el futuro de México, ¿por qué los mexicanos mismos no creen en un futuro prometedor para México?”

El porvenir de nuestra nación se encuentra en el trabajo de todos y en la construcción de puentes para poder dialogar y trabajar; los del norte con los del sur, los empresarios con los del campo y la gente de la ciudad con las comunidades indígenas.

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