De la estabilidad económica a la volatilidad, una oportunidad de aprendizaje

Mtro. Gerardo Matus Hernández · Docente UNIVA León

En esta última década del siglo XXI cuando finalizaron sus estudios los profesionales de las Ciencias Económicas y Administrativas prevalecía un ambiente económico relativamente estable. En esas circunstancias, las habilidades administrativas tradicionales eran muy apreciadas tales como: competencia con orientación a la calidad, liderazgo por valores, gestión por objetivos, trabajo en equipo, y espíritu emprendedor, estas habilidades eran muy demandadas, ya que se consideraba que el futuro sería muy semejante al presente. Según los pronósticos del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento mundial se desacelerará de 6,0 % en 2021 a 3,2 % en 2022 y 2,7 % en 2023. Exceptuando la crisis financiera mundial y la fase aguda de la pandemia de COVID-19, este es el perfil de crecimiento más flojo desde 2001.

¿En qué se debe priorizar valorando el pasado? Los profesionales de las áreas de Ciencias Económicas y Administrativas habían entendido que la volatilidad de estos cambios se debía a variables como la velocidad del cambio tecnológico y la liberación del comercio internacional, sin embargo, nos hemos dado cuenta de que se han sumado nuevas variables que hacen que el entorno económico se vea más afectado por eventos más inestables al contexto del siglo XXI. Para el caso de México las proyecciones son para el 2023 de 2,5, el Fondo Monetario Internacional en su informe perspectivas Económicas para las Américas abril 2022 ha recomendado mejorar la competencia, eliminar las rigideces del mercado laboral e invertir en capital humano.

Esto conlleva grandes retos en la formación de profesionales en administración de empresas, el enfoque de la Administración integral de riesgo de negocio se debe unir a la planeación estratégica de la empresa. Esto significa que las organizaciones deben tener la obligación de analizar y corregir sus proyecciones financieras del volumen, productos, calidad, costos y valorar la posibilidad de riesgo políticos, económicos y financieros. Es importante destacar que la materia de administración integral de riesgos de negocio es “el proceso de identificación y gestión global de los riesgos clave de negocio con el objeto de mitigar la exposición total de la empresa”.

Lo que ha preocupado a las empresas, países y profesionales es el futuro, considerando los eventos en estos últimos años y sus efectos en la economía, por lo tanto, es importante formar profesionales con nuevas competencias para identificar, determinar, aplicar y medir los riesgos de negocio. Se deben aplicar las metodologías de evaluación de riesgo como: medición del riesgo, donde se analiza el costo de beneficio de enfrentar un riesgo medido, evaluación del riesgo, que es medir la exposición de riesgo a costos frente a diferentes monedas. Aprender técnicas de medición de riesgos como: análisis y simulación de escenarios, análisis de sensibilidad y reportes de posición.

Finalmente, los futuros y actuales profesionales deben aprender a diseñar nuevas estrategias, para enfrentar la volatilidad económica, tales como: evitar manejar altos niveles de inventarios, aprovechar las relaciones con proveedores o transferir responsabilidades a terceros (outsourcing) y que puedan generar actividades como: detener los efectos de la inflación, controlar y mantener finanzas saludables, renegociar condiciones de entrega a clientes, asegurar marcas y reasegurar cartera de cobros.