
Ximena Hidalgo · Estudiante de Bachillerato, UNIVA Guadalajara
Estoy cansada de las miradas de disgusto
Estoy harta de tallar mi estómago con la esponja como si eso hiciera algo
Me cansa sentirme culpable por comer y querer vomitar después
«Todos los cuerpos merecen ser amados» dicen
Pero ¿Y si nadie ama el mío? ¿Qué pasa si ni siquiera yo soy capaz de hacerlo?
Aquellas frases no me bastan para sentirme suficiente
Tus palabras no me sirven porque ni siquiera yo creo lo que me digo
Sé que soy bella, sé que valgo la pena y sé que algún día alguien me va a amar
Pero no puedo evitar sentirme ajena al cuerpo que me ha pertenecido toda la vida
No puedo evitar corregir mi sonrisa cada que puedo o comparar mis rizos con los de otras personas
Estoy tan cansada de pretender que no tengo problemas cuando los tengo
Que no tengo un conflicto con la comida
O que no pude hacer aquella dieta porque no fui lo suficientemente capaz
O que siempre me estoy diciendo a mi misma, que el problema no son ellos, sino yo
Con los pensamientos que no me dejan en paz, con la ansiedad creciente cada que como
Con aquellas preguntas que siempre rondan en mi cabeza
¿Qué pasaría si me viera como ellas?
¿Sería más fácil de amar?
Pero hacerme esas preguntas es estúpido, no tienen sentido, al menos no para ellos, porque ellos no sienten asco al sentarse en la mesa, su mente no les grita cada que hacen ejercicio.
Ellos no lo entienden y nunca lo harán, porque no saben lo que se siente vivir con las ganas de comer, y no poder hacerlo.