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Ireri Tiztzi García Lázaro, Juan Pablo Navarro Rojas, Jairo González Flores Estudiantes de la Licenciatura en Médico-Cirujano, UNIVA Guadalajara

 

La utilización de las vacunas y la creación de esquemas de vacunación para la población, han sido uno de los logros más importantes en la medicina y en la Salud Pública, pues su principal función es prevenir enfermedades transmisibles y ayudar a la inmunización de la sociedad.

La primera vacuna fue sintetizada por el Dr. Edward Jenner en 1796, quien intentó proteger a la población de la viruela que, en su momento, fue una enfermedad contagiosa considerable. Después de que más médicos investigarán sobre los principios de las vacunas, cómo era su mecanismo de acción y el impacto que tenían en el sistema inmune, se fueron desarrollando más vacunas y esquemas que protegen a la población contra enfermedades que son comunes y que, si no se previenen, pueden tener consecuencias graves en la salud de las personas.

Al mismo tiempo que se desarrollan vacunas contra enfermedades y nuevos métodos para sintetizarlas y administrarlas a las personas, surgen movimientos que no ven a las vacunas como algo necesario en la salud; grupos de personas que no creen en los beneficios de las vacunas y que optan por no aplicarlas, pues no confían en los planes de salud que son diseñados en sus países. La desconfianza nació por un artículo publicado en 1998, en el que se relacionaba a la vacuna triple viral con autismo; tiempo después, el autor del artículo desmintió la información y aceptó haber hecho fraude, pero las ideas se quedaron marcadas en algunas personas.

La mayoría de los grupos antivacunas aseguran que la aplicación de estas trae consecuencias negativas o efectos adversos importantes, como el desarrollo de autismo en los niños; otros dicen que las vacunas son un medio por el cual el gobierno y las potencias mundiales controlan a la población. La principal razón del incremento de personas idealistas antivacunas es la desinformación y la falta de conciencia sobre temas de salud, que tratan, por ejemplo, la explicación del mecanismo de las vacunas.

Si bien es cierto que la aplicación de algunas vacunas puede tener efectos secundarios como el Síndrome de Guillain-Barré, el porcentaje de frecuencia en la población de personas vacunadas es bajo, y es más alarmante contraer la enfermedad para la cual la vacuna debe inmuno prevenir.

Los movimientos antivacunas tienen fuertes impactos en la Salud Pública, pues tienen efectos grandes en la inmunización poblacional, concepto que es importante para poder erradicar enfermedades transmisibles de importancia médica que son prevenibles, y para evitar el resurgimiento de padecimientos que ya habían sido eliminados gracias a la vacunación en épocas pasadas. Ejemplos notorios de esto, han sido la aparición de casos nuevos de enfermedades como el sarampión o la poliomielitis, enfermedades que anteriormente habían sido consideradas eliminadas de la población gracias a las campañas de vacunación y esquemas propios de cada país. En México, en 1990 se presentó el último caso de poliomielitis, y en 1994, la Organización Panamericana de la Salud certificó la erradicación de la polio en México1; sin embargo, existe un riesgo latente de que turistas y personas de otros países donde aún hay casos activos de polio hagan que la enfermedad resurja en el territorio mexicano.

 

Referencias

  • de Salud S. 175. Tres décadas sin casos de poliomielitis [Internet]. gob.mx. [citado el 23 de junio de 2023]. Disponible en: https://bit.ly/3Qr100T
  • Rodríguez H. Antivacunas: bulos y desinformación en la red. National geographic [Internet]. el 20 de febrero de 2020 [citado el 23 de junio de 2023]; Disponible en: https://bit.ly/3OMAz4L
  • Quezada A. Los orígenes de la vacuna. Rev médica Clín Las Condes [Internet]. 2020 [citado el 23 de junio de 2023];31(3):367–73. Disponible en: https://bit.ly/3qcjaJm
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