
Juan Pedro Flores Ochoa · Estudiante de la Licenciatura en Médico-Cirujano, UNIVA Guadalajara.
El sufrimiento humano es una realidad misteriosa y desconcertante que acompaña la vida humana, es imposible nunca experimentar un dolor físico, emocional o espiritual. La enfermedad y el sufrimiento son un binomio inseparable, pues la pérdida de la salud y el deterioro del cuerpo que en algún momento este gozaba de fuerza, felicidad y una perfecta homeostasis que daba vida a todos nuestros órganos y sistemas por alguna causa física o emocional comienza a dañarse y a perder sus funciones, ocasionando enfermedad, sufrimiento y muerte. Así pues, intentar comprender, ¿por qué existe el mal y el sufrimiento en la humanidad? A partir de una respuesta teórica es imposible, pues se trata de un misterio y no de un problema que se resuelve como se resuelven los problemas científicos. Entonces ¿Por qué sufrimos? ¿Por qué llorar es muestra de dolor y desconsuelo? ¿Por qué existen dolores que matan al corazón y otros al cuerpo? ¿Qué podemos hacer ante el sufrimiento?
Siempre se ha pensado que ser médico es más que una profesión, no por el tiempo de estudio que conlleva formarse en la universidad y en los hospitales, sino porque el médico se convierte en testigo del dolor humano. Se ha comprobado en diferentes estudios que una de las principales razones por las que una persona acude con un médico es porque siente dolor en alguna parte del cuerpo, y es verdad, el médico se ha formado y ha estudiado para poder brindar una solución al dolor físico, pero existe una realidad bastante profunda e incluso aún desconocida por toda la humanidad que se esconde en el sufrimiento humano. Para comprender de donde viene esto, tendremos que sumergirnos en el interior de la vida humana para poder ver de dónde nace lo que llamamos dolor, sufrimiento, angustia, etc. En primer lugar, comenzaremos hablando del mal. El mal como tal, podríamos referirlo a algo que perdió su función. A una persona enferma decimos que tiene un mal o que un mal le está causando daño, pero ¿Qué es el mal? El mal “es” cuando se experimenta, el mal posee una deficiencia en el bien, la cual provoca imperfección, pérdida, dolor, decadencia. Por lo tanto, existe el mal y lo podemos experimentar de muchas maneras, entre ellas por medio de la enfermedad. Los libros que un médico debe aprender a leer son los que se encuentran en el interior de cada uno de los pacientes, que con sus cuerpos dolientes claman ayuda, consuelo, salud, felicidad y amor. Comprender cómo funciona el cuerpo humano y entender cómo reacciona el organismo cuando posee una patología es labor de un médico y por tal motivo, debe destinar muchos años de estudio para alcanzar una comprensión detallada e integral de la persona humana, el médico estudia el sufrimiento en las guías de práctica clínica, pero comprende y experimenta verdaderamente el dolor cuando sabe acompañar a un enfermo, entregando su vida y todas sus capacidades intelectuales.
Cuando un médico entra a un hospital y se dirige al área de pediatría, se encuentra con una realidad desafiante que posiblemente lo puede dejar helado o sin palabras, pues ahí es donde se encuentran las personas inocentes, puras y dolientes, estar en esa área del hospital puede ser desgarradora, pero el médico posee la misión de brindar salud a esos pequeños pacientes. El médico puede convertirse en testigo del sufrimiento humano aprendiendo a curar a los enfermos y ser para ellos una esperanza sobre todo en esos casos complicados en donde las posibilidades de vida pueden ser nulas. Ver el rostro de una madre desconsolada cuando pierde a su hijo en sus propias manos, es una de tantas situaciones en las que el médico se puede convertir en luz en medio de la oscuridad, pues no solamente se trata de curar el cuerpo, sino también, el corazón. El médico puede ser puente para aprender a vivir el sufrimiento, ya que saber vivir el sufrimiento da mucha esperanza al corazón desconsolado.
Estudiar medicina puede ser muy desgastante y exigente, quizá tengas que renunciar a muchas cosas, pero aquí en el mundo hay muchas personas que necesitan de un médico generoso y comprometido. Las mejores experiencias que puede pasar un médico son a lado de sus pacientes, en la ciencia médica y en el amor, es necesario darlo todo.
Juro por Apolo médico, por Esculapio, Hygeia y Panacea, juro por todos los dioses y diosas, consagrar mi vida para el servicio de la humanidad.
– Hipócrates