
Ana Sofía Peña Barba · Estudiante del Bachillerato en Comunicación Bilingüe, UNIVA Guadalajara
El temor de no ser nada, teniéndolo todo.
El pavor de serlo todo y saber que significa nada.
El terror de estar perdido por la soledad.
El pánico de estar solo en donde nos sentimos perdidos.
Sentimiento arrebatador que inunda cada parte del alma: Miedo.
El miedo de extraviarse en el mundo, en lo que no vale. En las opiniones ajenas, en las miradas con críticas o anhelos. En los deseos de las marcas y en el placer de llenar los bolsillos con dinero.
El mundo es un lugar comprado, sin camino a seguir o reglas que lleven justicia.
¿Es bueno o malo? Desarrollamos lo económico y social y las aclamaciones y repentinas amistades no tardan en aparecer. Todo indica que es lo mejor, por aquello que hay que ir. Pero antes tenemos que cuestionarnos a quién enriquecemos al seguir este camino. No hay que negar que al ansiar la riqueza nos perdemos un poco en lo superficial.
El miedo de no saber qué es verídico, y más aún, de las críticas al sacar a la luz esta reflexión.
Es el miedo de vivir en el hoy. De no poder tomar nada por cierto, más que batallas internas entre el bien y el mal. Entre el camino de la verdad y el que no la tiene.
Ahí afuera está todo, pero al mismo tiempo, no, porque no podemos verlo. No podemos estar seguros… de nada.
Y es lo último que nos dicen. En la actualidad venden todo con garantías, como si tuvieran al tiempo comprado.
Creo que solo nos queda una cosa que poner sobre la mesa. ¿Por qué no amar lo más posible a pesar del miedo? Es lo único que nos queda. Lo particular que tenemos y que alguna vez podremos poseer. Además, lo único verdadero, y lo mejor que podemos llegar a realizar. Amemos todo porque no sabemos nada. Amemos, utilizando el amor más allá del estereotipo social o una versión romantizada e irreal. Más allá de lo que ahora comprendemos, más allá de una explicación matemática. Más allá de lo que creemos podemos llegar a dar.
Planto una semilla. El deseo de que, aunque sea por un segundo, nazca una incógnita existencial que te despierte de un mundo lleno de críticas y borrones de verdad.