Mtro. Alejandro Garza Galicia · Docente investigador, UNIVA Guadalajara
Los requerimientos en materia energética cada vez son mas grandes, el planeta demanda mayor cantidad de energía, la industria avanza con nuevos procesos que requieren mayor cantidad de kilowatts, la población alcanzará en algunos años la cifra de 9 mil millones de habitantes que utilizaran todo tipo de artículos eléctricos, es decir se enfrenta un desafío por que las fuentes renovables no serán suficientes para satisfacer los requerimientos energéticos y posiblemente las fuentes fósiles habrán provocado tantos daños que se decida dejar de utilizarlos, por lo que la interrogante surge al cuestionarse como resolver el mayor reto energético que enfrenta el mundo; a pesar de los difíciles pronósticos se esta desarrollando una posibilidad que podría solucionar no solo la demanda del corto plazo sino posiblemente de varias generaciones, el llamado Reactor Termonuclear Experimental Internacional “ITER” , un proyecto que trata de reproducir los fenómenos que se generan en el sol con la disponibilidad de obtener energía limpia, libre de emisiones contaminantes y disponible en cualquier momento.
Sin duda, el reto tecnológico más importante de la historia en materia energética, lo representa la construcción del reactor de fusión ITER, un proyecto que podría ser la esperanza para sustituir a los contaminantes combustibles fósiles y apoyar a las energías renovables a satisfacer las necesidades de energía para las futuras generaciones sin afectar la biodiversidad. El proyecto surge como una colaboración de más de 35 países que invierten más de 20 000 millones de dólares construyéndose en el sur de Francia, esencialmente al final de la guerra fría rusos y norteamericanos hacen el acuerdo de desarrollar una fuente de energía para el crecimiento industrial que se visualizaba a largo plazo, más tarde asiáticos y europeos entran al consorcio y apuestan por esta fuente de energía que ya se venia estudiando y experimentando desde los años 50 sobre todo en la ex unión soviética; pero hasta mediados de los 80´s se consagra y los científicos de todas estas naciones se ponen a trabajar en el concepto de la fusión, fenómeno que se genera con las moléculas pesadas de hidrogeno llamadas deuterio y tritio confinadas a muy alta temperatura para formar núcleos de alta energía de helio4 que chocan a velocidades extremadamente muy altas generando temperaturas por arriba de los 130 millones de celcius, calor suficiente para mover muchas plantas generadoras de energía, como lo indica Bernard Bigot, director del proyecto.
Dentro de las entrañas del reactor de fusión se colocan potentes electroimanes que generarán un campo magnético para contener el inmenso calor que podría derretir cualquier material considerando que se alcanzan temperaturas 10 veces mayor que el sol; para evitar que la transferencia de calor dañe los electroimanes, las enormes bobinas, son sometidas a grandes flujos de helio líquido a -268°C; evidentemente un proceso muy complejo que hasta el momento no se tiene el control, al 2025 se espera tener un 75 % de avance del proyecto y aunque se espera que pueda operar para empezar la era de la descarbonización en 2035, los científicos lo ven poco optimista por la cantidad de modificaciones que han surgido y sus adaptaciones, pero no se niega que los resultados podrían ser extraordinarios si se logra su terminación.
Las expectativas de éxito para el proyecto ITER son alentadoras, derivado de pruebas en reactores de mucho menor escala, como las reportadas el Joint European Torus de Culham Ingleterra o las de la compañía CommonWealth Fusion Systems de Massachussets en su reactor tokamak, probado con materiales más avanzados y teniendo cierto control de la reacción; mientras que la empresa californiana TAE Technologies construyó un reactor para fusionar el hidrogeno con Boro11 con nueva técnica de colisión de anillos; que corroboran muchos de los resultados del ITER y de esta forma afianzar la confianza entre los gobiernos a solventar los cambios y poder tener buen termino a este gran proyecto.
El gran desafío ante la demanda energética que se pronostica por la descarbonización en 2050, los efectos del cambio climático actuales y las limitantes que tienen las fuentes renovables de energía podrían poner a la fusión nuclear como una opción viable para generar la demanda de electricidad de los grandes consumidores como la industria pesada y la movilidad eléctrica que son sectores muy complejos de bajar su huella de carbono y que en términos de economía afectarían las balanzas no solo del país sino en mercados internacionales, como lo indica Sally Benson, la responsable de la transición energética de los Estados Unidos. Es claro que los combustibles como el petróleo, el gas natural y la energía nuclear por fisión actualmente son la base de la economía y el desarrollo de las naciones y son los que dan la energía en cualquier momento, sin embargo, si se llega a consolidar el proyecto ITER con toda su disponibilidad de energía, podríamos estar en la antesala de una nueva era energética con una menor emisión de contaminantes, con costos accesibles que dieran una economía de desarrollo para todos los sectores y posiblemente la recuperación de los ecosistemas hasta ahora devastados.