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El drama de la educación

Juan Pablo Ruíz Huerta ·  Profesor del Departamento de Ciencias Económico Administrativas (CEA), UNIVA Guadalajara

 

La semana pasada tuve la oportunidad de entrevistar a mi compañero maestro y actor Frank Rodríguez, para ser sincero tenía muchas ganas de hacer esta entrevista debido a que es muy interesante conocer la mirada de la educación de otros profesores que, aparte de estar en este mundo de la docencia, se dedican a cosas completamente distintas.

Es fascinante notar que después de participar en una obra teatral tan significativa como «Vacaciones en el Purgatorio» (2006-2010), explorar distintos países alrededor del mundo y desempeñar roles en diversas películas, puedas observar a este Jorge Negrete dedicando su tiempo a compartir sus conocimientos con los jóvenes del mañana. A pesar de su experiencia, este hombre de trato sencillo no se ve afectado por la fama ni las apariencias; de hecho, prescinde incluso de poseer un automóvil. Su verdadera pasión radica en motivar a sus estudiantes, con el objetivo de extraer lo mejor de ellos y guiarlos hacia el fascinante mundo del cine, el teatro o la televisión.

A Frank le encanta ver que sus alumnos triunfen, aunque él no haya tenido las mismas oportunidades cuando estuvo detrás de la butaca; responde tranquilamente que la docencia lo ayuda mucho con su profesión de actor porque considera a los jóvenes como una ventana y punto de referencia a través del cual puede darse cuenta del contenido que consumen y cómo les gusta consumirlo, conocer si prefieren ver series en vez de visitar una sala de cine. Para él, los jóvenes son la voz autorizada y lo que da la pauta para desarrollar proyectos adaptados a una educación e industria que es completamente distinta incluso a la de cinco años atrás. No se engancha tanto con la generación de cristal, trata de sacar el mejor provecho de cada estudiante y no los etiqueta como buenos y malos, sino como agradecidos o mal agradecidos, está convencido de que un maestro puede cambiar el rumbo y la vida de cualquier estudiante.

Mexicano de nacimiento, pero Argentino de corazón, Frank creció viendo partidos de Diego Armando Maradona en aquel mágico y lejano México de 1986, donde ese nombre lo marcó y aunque no llegó a ser futbolista profesional, su carrera está llena de éxitos como la de Diego, ya que ha compartido pantalla con muchos de los grandes como Carmen Salinas, Mario Almada, Rodrigo Murray y Zerboni, por mencionar algunos.

Frank compartió un comentario sumamente intrigante al reconocer con gran humildad que, a pesar de su vasta experiencia en la industria cinematográfica, no se autoproclama como el mejor maestro. Al contrario, enfatizó la importancia de mantener un equilibrio: un 50 % de maestros con experiencia y otro 50 % sin experiencia. Su razonamiento radica en la creencia de que ambas partes se complementan de manera fundamental. Explicó que algunos docentes han dedicado toda su vida al magisterio, acumulando un conocimiento invaluable, y esa perspectiva se enriquece al integrar a aquellos que aportan una frescura y nuevas ideas.

Finalmente, cierro esta charla con un comentario sumamente interesante que surgió al abordar el papel del docente en la educación contemporánea y el futuro del sistema educativo, a lo que este dramaturgo contestó que el rol del educador debe ser el de un facilitador, centrado en las necesidades del alumno, y subrayó la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad ante los constantes cambios. Una observación perspicaz que compartió fue su creencia de que la imagen estereotipada del maestro cuarentón, aparentando tener 60 años, debería desaparecer. Explicó que, si bien es evidente que los métodos pedagógicos de hace dos décadas están perdiendo eficacia, las bases fundamentales persisten, aunque los procesos evolucionen. Es alentador constatar que aún existen educadores como Frank, quienes comprenden esta dinámica y la aplican en la práctica educativa.Es un verdadero honor para mí conocerlo, ya que en un mundo caracterizado por su materialismo y superficialidad, es reconfortante descubrir a personas que, a pesar de la fama, no se dejan afectar por esas vanidades. Frank emana esa autenticidad y esencia campirana; como dicen los estudiantes, tiene ese toque de barrio y, lo más destacado, dedica cada día a formar a estudiantes de bien, mismos que, gracias a su influencia, están destinados a conmovernos en futuras películas, a hacernos llorar y a despertar emociones en numerosas personas.

Un placer coincidir y trabajar contigo, amigo cineasta, nunca olvides que la educación es el mejor papel de tu vida.

Comunicación Sistema UNIVA

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