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Herbey Eguiarte Alcalá · Director del Festival Internacional de Cine con Valores, campus Guadalajara

Me he propuesto un ejercicio voluntario y no forzado, dentro de mis posibilidades: ver todas las películas nominadas en cada categoría en la pasada entrega de los premios Oscar, ya sean documentales o de ficción, cortometrajes o largometrajes, incluso si solo están nominadas por el maquillaje o la canción. Mi tiempo libre y los descansos en mi trabajo, como es debido, se dedican a ver cada una de las películas que, según la Academia de Hollywood, representan lo mejor del año 2023.

Es importante señalar que, aunque los premios Oscar sean los más conocidos en el mundo del cine, no son necesariamente los más prestigiosos. En este sentido, los festivales de Cannes y Berlín suelen marcar más tendencia a nivel mundial, renovándose cada año con propuestas frescas. A diferencia de los Oscar, que tienden a repetir los mismos géneros y patrones premiados.

Siempre he creído que limitar la excelencia cinematográfica a unas pocas películas, mayormente estadounidenses, es bastante limitado y, en cierto modo, imposible. Sin embargo, el desafío merece la pena, sobre todo considerando el problema de la indecisión sobre qué ver. Todos tenemos listas interminables de películas para ver más adelante, así que decidí dejar que alguien más, en este caso los miembros de la Academia, hicieran la lista por mí.

Hasta ahora, no he logrado cumplir mi objetivo, pero el recorrido ha sido interesante. No todas las películas están disponibles en servicios de streaming; algunas requieren un pago adicional, y otras, lamentablemente, no están disponibles en ningún lado.

Los largometrajes de ficción son los más fáciles de encontrar. Siempre hay espacio para los blockbusters como «Misión Imposible» o «Guardianes de la Galaxia III», así como para las películas animadas, que suelen estar disponibles el día de la premiación.

Sin embargo, hay un tipo de cine que tiende a perderse, especialmente en dos áreas muy importantes: el cortometraje y el documental. Las tres categorías de cortometraje: ficción, documental y animación, requieren una disposición especial para encontrarlas. Algunos están disponibles de forma gratuita en YouTube, pero su visualización es mínima, y otros están en servicios de streaming sin mucha promoción. Algunos se pueden encontrar por solo un dólar en alguna plataforma.

Aun así, creo que el género más afectado es el del largometraje documental. Dos de los cinco están disponibles en Netflix, uno en Star+, uno no está disponible en nuestra región (Latinoamérica) y otro requiere un pago adicional de 60 pesos, poco más de 3 dólares. Ninguno de estos documentales parece despertar un interés general, ya que no figuran entre los más vistos en sus plataformas ni cuentan con una publicidad especial.

Me embarqué en este viaje porque se supone que la simple nominación a los premios más famosos del mundo cinematográfico ya representa un reconocimiento importante, pero hay una vigencia efímera que da miedo. Una vez terminada la ceremonia, si la película no ganó, parece caer en un limbo y ser olvidada, al menos en términos mediáticos, ya que los focos suelen centrarse en los ganadores.

Me alegra ver que la Academia está cada vez más abierta al cine internacional, dándole voz a películas sublimes como «Anatomía de una Caída» o la inquietante «Zona de Interés», lo que puede abrir la puerta a un tipo de películas completamente diferente para algunos espectadores.

Ahora, imaginemos un panorama que puede ser tan triste como esperanzador: si los premios Oscar solo representan una fracción mínima del cine que se produce a nivel mundial, entonces hay mucho más fuera de los reflectores de lo que pensamos. Hay una gran cantidad de películas, inimaginables, que nunca llegan ni llegarán a las mayorías. No hemos visto nada, y siempre nos quedamos cortos.

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