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El Bromista & el Ladrón. Delirios sobre la privatización del conocimiento criminológico en el capitalismo tardío

Mtro. Luis Eduardo Ayala Salazar · Egresado de la Maestría en Educación, UNIVA La Piedad  

Dan las siete de la tarde, Martina observa que ha oscurecido, cansada, guarda los archivos sobre gestión de riesgos y cierra su computadora, alista todo para irse a casa después de una larga jornada como jefa de seguridad patrimonial o como ella prefiere denominarse “criminóloga corporativa” pues piensa que es una etiqueta menos genérica. Su rostro, a pesar de la natural pesadez refleja satisfacción por ciertos objetivos cumplidos y un bono de rendimiento, pues desde que ella se incorporó a la empresa hace 2 años, las pérdidas económicas se redujeron un 75 % y este año espera llegar al 90 %. 

La Mtra. Martina como la llaman sus compañeros de oficina, sale del corporativo y se dirige a su vehículo, pero cuando pasa por la parada del camión más cercana a la empresa observa que hay cuerpo vestido de traje sastre, emplayado y con una cartulina que dice: “UNA ADBERTENSIA PAL P… MUGROSO DEL FEO Y SU PRIMO CALACO Y SU SUEGRO LA MULA YA ANDAMOS TRAS UTEDES SI INTENTAN HACER ALGO SE LOS CARGA V…, AQI LES DEJAMOS A SU RATA Q SE LS DAVA DE MUY BRABO». 

Martina quedó sin aliento, no veía un cadáver desde sus prácticas profesionales, sin embargo, se paralizó cuando del cuerpo se desprendía un aura gris brillante, sin rostro solamente con una enorme sonrisa y un sombrero de copa. 

-Hola Martina- habló el espíritu- no sabes quién soy, pero yo sé quién eres y realmente aprecio tu trabajo, sin ti o sin ustedes nada de esto sería realidad, pero hay otros que no piensan como yo y no logran ver los beneficios de que las empresas sigan reduciendo sus pérdidas económicas, toma te dejo este mini ensayo que escribió el espíritu del asesinado siete horas antes, quémalo por mí. El espíritu lanzó una carcajada y se dispersó con la noche. 

Martina tomó el escrito, solamente era una cuartilla y comenzó a leer: 

Laberinto Criminal por Gael Ramírez Suek 

El laberinto está terminado, es perfecto, quienes estamos dentro, ya no podemos salir, el hilo de Ariadna fue cortado, ahora solo queda navegar por él, esperando los embates de Asterión. 

En la actualidad y tal como lo muestra Fisher es más fácil pensar el fin del mundo que en el fin del capitalismo, esto es el realismo capitalista, un contexto social donde no hay alternativa, pues el sistema de producción imperante todo lo subsume y lo consume, lo vuelve hacia sí mismo para transformarlo en lo que sea para su conservación (Fisher, 2009). Marx y Engels ya lo mencionaban en el manifiesto comunista 

“El capital ha convertido el valor personal en valor de cambio y ha sustituido un sinfín de libertades inalienables y particulares por una sola libertad espeluznante: la libertad de comercio” (Marx & Engels, 2018). 

Es decir, en el capitalismo lo valioso es lo monetario, todo lo nuevo debe ir encaminado a esto, si no lo hace, entonces lo devora, lo asimila y lo convierte para poder ser intercambiado como mercancía. 

Este proceso atraviesa a todas las esferas humanas, pero en este texto se va a abordar solamente una: La criminología. 

La criminología a grandes rasgos es el estudio del fenómeno criminal, para conocerlo y prevenirlo, entendiendo como criminal todo aquello que daña la dignidad y el bienestar humano, sin embargo, en el capitalismo tardío o en el realismo capitalista, lo criminal es redefinido como la alteración del orden social, sin importar si ese “orden social” socava la dignidad de unos y, por tanto, los oprime. 

El orden social en el capitalismo tardío se enfoca más en lo comercial y económico, por lo tanto, la criminología actual va dirigida a la preservación de estos valores, porque sí cuando la criminología crítica hace nuevas aportaciones a principios de los 70 donde se comienza a señalar al sistema de producción capitalista como uno de los principales factores de daño social, el sistema mismo inicia su defensa, pues necesita eliminar todo lo que atente contra su preservación, es así que los aportes de la criminología van siendo asimilados e incorporados a la “criminología corporativa”, disciplina encargada de la seguridad del personal, la preservación de los bienes, la gestión de riesgos y aumento de la rentabilidad de la empresa disminuyendo los costos por los efectos nocivos de la criminalidad interna o externa (FMCC, 2018). 

Se dice esto porque los aportes novedosos de la criminología, si no tienen un enfoque mercantil se pierden en la masa amorfa del capital, esto causa un agotamiento de lo nuevo pues “un objeto cultural pierde su poder una vez que no hay ojos nuevos que puedan mirarlo” (Fisher, 2009, a.).  

Así por lo menos en México, la criminología va perdiendo su capacidad de diagnosticar científica y críticamente los factores que agudizan al fenómeno criminal, pues hay pocas respuestas innovadoras al aumento desmedido de la violencia, al proceso de militarización, la crisis de los desaparecidos, los constantes homicidios y feminicidios, la hiperciminalización de los sujetos, la resignación social para una pacificación, el incremento de los cárteles y su inserción en instituciones de seguridad ciudadana, la impunidad, entre muchos otros fenómenos que atañen a la criminología. 

Todo lo anterior podría tener nuevas rutas investigación y, por tanto, de solución, sin embargo, esto afectaría al capitalismo pues, este se preserva gracias al cúmulo de los factores, además hay que sumarle que los jóvenes estudiantes de criminología, no tienen espacios laborales donde desarrollar estas investigaciones, pues el mismo sistema los precariza, les quita espacios y, por tanto, los determina para seguir el camino corporativo, ya que los obliga a sobrevivir, buscando ganancias de donde sea, no sorprende entonces porque dedicarse a la criminología en México es tan precario, porque si no se alinea a la realidad capitalista, no hay lugar para entender, ni prevenir la criminalidad, solamente privatizando y adueñándose de los conocimientos que lo ponen en riesgo logra conservarse pues el capitalismo a pesar de lo que se dice puede seguir subsistiendo en contextos de aguda violencia, donde la dignidad humana es pisoteada, donde la esperanza de vivir es nula y solo queda la supervivencia. 

Es mejor tener a los criminólogos en los bancos cuidando el dinero de los pocos, en las empresas vigilando a los empleados que como ellos son de clase obrera, aún más precarizados, siguiendo a los camiones con mercancía donde lo único asegurado es la mercancía misma, haciendo análisis de prevención de pérdidas y riesgos para que la empresa pueda seguir, aunque los trabajadores no, es mejor tenerlos ahí que señalando las relaciones entre empresas privadas, estado y crimen organizado como perpetuadores del sistema capitalista. 

La criminología corporativa es uno de los muchos pilares del capitalismo, no obstante, hay algunas soluciones, las cuales se pueden desarrollar de la siguien… 

El escrito se acabó, Martina se quedó pensativa, ¿será que lo tengo que continuar?, reflexionó. 

-Tiene que desalojar el área- una voz gruesa y golpeada la sacó pronto de sus reflexiones, era un policía municipal, el cual le indicaba que iban a comenzar el resguardo del lugar donde se encontraba el cadáver. 

Martina se alejó y antes de llegar a su vehículo vio por última vez el mini ensayo, se quedó un buen rato mirándolo, no sabía qué hacer con él, todo el escrito la tenía con un nudo en el pecho, volvió a mirar atrás, la policía estaba acordando la zona, tomó una decisión, dio un suspiro y con el encendedor de su bolsillo quemó la hoja, dispersándola con la noche. 

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