Mtra. Laura Ofelia Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA Guadalajara
La Real Academia de la Lengua Española define incubar como “hacer que algo comience a desarrollarse antes de su primera manifestación”, aplicando esta al ámbito empresarial, por ello se ha vuelto un término muy utilizado al momento de emprender.
Incubar consiste en brindar al emprendedor, herramientas que, en conjunto con ciertas habilidades, le ayuden a impulsar el crecimiento de su empresa de una manera eficiente, disminuyendo con ello el riesgo de fracaso y los costos que conlleva la curva de aprendizaje, además aporta elementos que permitan el incremento de las oportunidades de supervivencia y posicionamiento en el mercado.
Actualmente, es común ver que las universidades de prestigio cuentan con incubadoras exitosas que ya tienen asesores experimentados en áreas para gestar un plan de negocios, evaluar la viabilidad técnica, financiera y de mercado. Se conjuga el talento de administradores, mercadólogos, diseñadores, ingenieros, contadores, abogados, gestores de talento humano, comunicólogos y publicistas, entre otros especialistas.
Para los emprendedores es sumamente útil acudir a las incubadoras de las universidades porque se cuenta con el talento consultor, los costos son sumamente accesibles y el beneficio es mayor.
De igual manera, la incubadora universitaria, permite a los estudiantes con el perfil adecuado y los conocimientos necesarios, participar en el desarrollo de los negocios en ciernes, un espacio más de aprendizaje en ambientes reales. Esto puede darse a través de la realización de prácticas profesionales o la prestación del servicio social.
El apoyo en consultoría especializada y personalizada que brindan las incubadoras, ha demostrado que contribuyen con el desarrollo de las regiones por su alta efectividad ya que incluso, permite adentrarse en el mundo de las importaciones y las exportaciones o tener acceso a capital de riesgo u otras formas de financiamiento. Las incubadoras tienen, por lo general, contacto con instancias de gobierno o privadas que cuentan con recursos de apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas.
El periodo de incubación consiste en diagnosticar el proyecto para que, en caso de que sea viable, se asigne un consultor especializado. Posteriormente, se entra a la fase de preincubación en la que se confecciona el plan de negocios; la fase de incubación, en la que se echa a andar la empresa y por último, la fase de postincubación que consiste en acompañamiento, ya que todos sabemos que los primeros años son los más difíciles.
Así que, si quieres emprender de una manera más segura y con bases más firmes, pregunta en tu Alma Mater o universidad más cercana, acerca de las incubadoras y aprovecha sus servicios. Todos tenemos grandiosas ideas, solo las que son bien planificadas son las que prosperan.
Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 06 de agosto de 2021.