Mtra. Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA Guadalajara
Así como el irnos a trabajar a casa fue un proceso de adaptabilidad complejo, el regreso a la presencialidad se está tornando de igual manera, un tanto complicado, tal como lo habíamos previsto hace más de un año.
Muchas personas encontraron ventajas en el trabajo en casa, se sintieron cómodos con la ropa, no salir, no tener jornadas completas de trabajo (aunque terminaran más noche); incluso hubo quien se sintió con mayor libertad y algunos, los más responsables, no bajaron su productividad. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), fue el experimento de teletrabajo masivo más extenso de la historia.
El subsecretario de salud, Hugo López Gatell, señaló hace días que en México se han aplicado 23.6 millones de vacunas; investigaciones mencionan que el 60% de la población de nuestro país ya tiene anticuerpos en la sangre contra el virus, por lo que en agosto o septiembre podríamos tener la llamada “inmunidad de rebaño”, término que hace referencia al momento en que el 75% de la población es inmune a una enfermedad contagiosa, generalmente por haberse vacunado.
Debido a las mutaciones y a que el COVID-19 se considera una enfermedad nueva (y las vacunas también), los expertos en salud aún no saben si la inmunidad de rebaño (también conocida como inmunidad colectiva o de grupo), sea posible, razón por la cual instan a la población a no bajar la guardia.
Sin embargo, ya se ha hecho urgente el retorno a la presencialidad, tanto en escuelas, como en centros deportivos y generadores de recursos económicos. Una labor que está teniendo que ser hasta de convencimiento por parte de las autoridades escolares con su personal, padres de familia y estudiantes. Muchos de ellos, ahora no quieren regresar a la presencialidad, cuando al inicio de la pandemia era el clamor generalizado.
Lo que si es cierto es que el teletrabajo ha permitido conectar al mundo de una manera más sencilla y globalizada. El teletrabajo llegó para quedarse y ahora, su efectividad y la disminución de costes, es hasta el pretexto para no regresar a la presencialidad.
Es así, que el retorno a las instalaciones de trabajo y escolares, traen consigo una fuerte carga emocional y con sentimientos encontrados que tendrá que ser de nuevo, tratada por los especialistas. Curiosamente, el regreso a los centros de diversión, entretenimiento y de deporte, no trae esta carga y se ha dado de manera muy fluida y en muchos espacios, hasta del cubrebocas se han olvidado.
Lo que sí no debemos olvidar, es que estamos siendo parte del mayor experimento mundial en prevención de contagios, por lo que no tenemos seguridad que, con las vacunas, estaremos a salvo y por cuánto tiempo. Regresemos pues a nuestros centros de trabajo, aceptemos la nueva realidad y sigámonos cuidando. La lucha contra la enfermedad aún sigue.
Publicada en La Crónica de Hoy Jalisco del 21 de mayo del 2021.