Helena “N” • Artista y ciudadana colombiana
¿Cómo se ha vivido la pandemia por COVID-19 en Colombia?
Creo que ningún ser humano estaba preparado para una pandemia. Este virus vino a demostrarnos que ante la naturaleza todos somos iguales, por tanto, esto afectó a toda clase social de nuestro país. Colombia tiene índices altísimos de desigualdad económica, el 14,5% de los 50.34 millones de habitantes en Colombia viven en pobreza extrema y el 34.1% en pobreza. El 60% de la población sobrevive de la economía informal en las calles, vendiendo comida, limpiando vidrios, etc. La mayoría de los sectores económicos se vieron afectados y el comercio cerró casi totalmente, así que, quienes sobrevivían informalmente no tenían ni siquiera para llevar mercado a sus casas. Muchas personas de la clase media se vieron obligadas a cerrar sus negocios y emprendimientos debido a la imposibilidad de generar ingresos capaces de cubrir siquiera el pago del arriendo o los servicios básicos de sus locales. El sector educativo fue otro de los más afectados y en general, la pandemia agudizó muchos de los problemas estructurales del país.
¿Cuándo y por qué se originó el paro nacional en Colombia?
El paro que ustedes están conociendo comenzó el 28 de abril de 2021 y fue debido a la reforma tributaria propuesta por el gobierno de Iván Duque y sus decisiones gubernamentales durante la pandemia en 2020. El paro se ha prolongado indefinidamente, puesto que dicha reforma fue la gota que rebozó la copa; el manejo gubernamental de represión a la movilización ha dejado 40 personas muertas, 168 desaparecidas y un sin número de casos de brutalidad policial que se siguen contando. Sin embargo, un estallido social antecedente fue el 21 de noviembre de 2019, el cual desató una gran movilización social en contra del gobierno por diferentes razones, mismas que se han venido acumulando a lo largo de muchos gobiernos de derecha (por no decir, de ultraderecha) que hemos vivido durante los últimos años bajo el régimen uribista… el conocimiento de 6,402 casos de ejecuciones extrajudiciales o falsos positivos cometidos por las fuerzas armadas de Colombia durante el gobierno de Uribe, la precariedad en el sistema de salud, educación, falta de oportunidades o condiciones laborales dignas, y en general, en todas las condiciones de vida del colombiano promedio. Durante esta movilización se evidenció la represión y brutalidad policial con el asesinato de Dylan Cruz, un estudiante de colegio por parte de un agente del ESMAD que quedó registrado en video y fue compartido a través de las redes sociales, lo cual, avivó la llama del inconformismo que se vio obligado a apaciguarse durante el 2020 por miedo al virus y por las decisiones del gobierno en cuanto a restricciones, cuarentenas, entre otros.
¿Qué es lo que pide el pueblo colombiano, qué reclaman los manifestantes?
Digamos que al ser un paro nacional existen diferentes tipos de peticiones dependiendo del gremio que las propone. Hay peticiones del Comité Nacional del Paro, peticiones de rectores de 7 Universidades diferentes, de los gremios de estudiantes, transportadores, comunidades indígenas, de gremios económicos y del Sindicato Judicial. A partir del 11 de mayo se juntaron también las peticiones de Puerto Resistencia, el movimiento social de protección en primera línea de las marchas en la ciudad de Cali.
Sin embargo, en lo que la mayoría de los gremios coincide es en el retiro de la reforma a la salud -una nueva reforma presentada que empeoraría la ya muy precaria situación de salud pública del país- el desmonte del ESMAD y la desmilitarización de las ciudades; implementación de los acuerdos de paz; derecho a la protesta; derecho a la educación; participación de los diferentes gremios en la creación de leyes; no a la fumigación con glifosato; esclarecimiento y justicia por las víctimas del paro nacional y la reducción de impuestos.
¿Cómo ha sido la ola de movilizaciones y violencia que está enfrentando el país?
Aunque convocados por los gremios que tradicionalmente han parado, estas movilizaciones han sido especiales, porque son lideradas en su gran mayoría por una juventud inconforme que ha encontrado maneras diferentes de resistir. La mayoría son jóvenes menores de 25 años quienes han nacido y crecido bajo el mismo modelo de gobierno, quienes ven las cosas diferente y básicamente, no tienen nada que perder. Toda marcha comienza como una muestra pacífica de resistencia a partir de las artes, la música, la juntanza, por ejemplo la comunidad LGBTI con su voguing, los músicos apoyando las marchas, las filarmónicas, la danza y un sin número de gremios con diferencias abismales que se unen por un mejor futuro. Ahora bien, muchísimas de las marchas son infiltradas incluso por agentes de la policía encubiertos que fomentan el desorden y el caos, lo que es denominado por todo el que se opone a la movilización social como vandalismo, momento en que entra en juego el escuadrón antidisturbios ESMAD y la policía con su represión bélica desmedida, disparando directa y deliberadamente a las cabezas de manifestantes. Es por esto que en 2019 nace la primera línea colombiana (copiando el modelo de Hong Kong y Chile) para defender a la movilización social y son ellos quienes se enfrentan con escudos de madera, cascos de bicicletas y piedras contra armaduras y tanquetas de 44 y 600 millones de pesos cada una. Es importante recalcar que los colombianos estamos ejerciendo nuestro derecho fundamental a la protesta y que el Estado no ha buscado canales de diálogo reales, por el contrario, como respuesta le ha dado al pueblo represión, violencia y terror. El gobierno se ha encargado también de manipular y tergiversar información, para satanizar a los manifestantes y que otros sectores de la población, que tal vez son más indiferentes y menos empáticos, se opongan a la movilización.
Como en todo estallido, la violencia desmedida se ve de parte y parte, puesto que muchos civiles aprovechan el momento anónimo para hacer de las suyas, robando, saqueando e incluso atacando a otros seres humanos. Gente mala hay en todas partes. La gran diferencia de esta movilización es que la hemos visto ciudadanos a la distancia gracias a los lives y videos de gente que lo está viviendo en carne propia.
¿Consideras que tienen un gobierno dispuesto a negociar?
No rotundo. El gobierno de Iván Duque sube al poder como una ficha clave del uribismo tras un escándalo de fraude electoral. Ha sido un gobierno incompetente y con cifras de aprobación de solo el 33% de la población.
Como respuesta a la movilización de este año y tras la orden vía Twitter de AUV de “apoyar el derecho de los soldados y policías de utilizar sus armas”, ordenó la militarización de las ciudades. Cali está viviendo una masacre, hemos visto videos de policías con armas letales de alto alcance. El gobierno envió a las calles pelotones antiguerrilla, que están entrenados por fuerzas armadas de estados unidos para ¡matar!, no para dispersar una protesta social. El defensor del pueblo se fue de paseo a su finca en Anapoima mientras el país estaba en llamas, y deja con la palabra en la boca a miembros de la minga indígena quienes el día anterior habían sido atacados por civiles armados, quienes tomaron la justicia por sus propias manos acompañados de la policía.
Iván Duque se rehúsa a asistir a las invitaciones que diferentes gremios le han hecho para dialogar. En 2019 por ejemplo se llegó a unos acuerdos que finalmente no se cumplieron.
¿Qué mensaje crees que necesitan compartir con el mundo?
El mundo debe saber que en Colombia se está viviendo una situación muy grave, la población está completamente polarizada. Somos generaciones que han crecido en medio de la guerra, en medio de un profundo resentimiento en contra de un bando o del otro. Esto ha evidenciado que no somos una unidad ni una comunidad, quienes están bien no ven más allá de su privilegio y quienes están mal son quienes están buscando un cambio para una población mucho más amplia, que finalmente los beneficiará incluso a ellos. El mundo debe saber que en Colombia debe haber cambios estructurales de fondo, va mucho más allá de este gobierno. Necesitamos que el mundo sepa lo que pasa, que el mundo se interese por nuestra situación actual. Estamos viviendo a un paso de una dictadura, la estructura que maneja el país es muy poderosa y es capaz de manejar la situación a su antojo.
Necesitamos los ojos del mundo en Colombia. No nos dejen solos.