Mtro. Juan Manuel Madrigal Miranda • Docente UNIVA Uruapan
Dedicado a Thomas Berry, geólogo y monje católico, padre de la Ecoteología
Fue al fresco amanecer de un día no muy lejano cuando nos abriste los ojos, y sembraste nuestra mente con mangos, buganvilias y albahaca…
De pie sobre una roca, frente al mar y sus olas. Al lado de un inmenso mangle hablaste a los cuatro vientos para que te escucháramos atentos:
“Todo lo que la humanidad ha dicho y sentido sobre la ética y lo sublime, no es nuestro, es de la propia Madre Tierra, ella misma es espiritual…”
Por esto nos conmovemos al caminar en el bosque poblado de pinos, helechos y líquenes húmedos, conviertes tu santidad en bruma danzante y susurros de viento entre hojas cantarinas…
Nada en tu cuerpo inmenso existe para sí, todo es dar, no produces residuos inmóviles, solo algo para alguien o algo, eres la generosidad y abundancia misma…
No hay muerte, desde la piedra hasta la hermosa Sofía, la vecina, solo hay cambio de estaciones: primavera, verano, otoño e invierno… prima-vera, ciclo espiritual que nos lleva a todos y todo…
¡Mira cómo la mamá gacela se entrega al clan de leopardos para darle tiempo a huir a sus crías! ¿Quién te enseñó al sacrificio sagrado germinador de más vida? Es cierto, la vida vive de vida, vacío fértil nutriendo formas, colores pariendo ausencias, impermanencia, todo y nada…
Los conceptos son elementos naturales disecados, la palabra “sal” no sala, pero ese granito casi transparente hijo del mar, sí sabe, sala…
“Dios”, “yo”: nombres de cabeza, invertidos, ecos de manzanas en el jardín; sus nombres no crean al maíz y al fragante toronjil.
El carpintero de Nazaret, Teresa de Calcuta, Siddhartha, el Buda, son raíces de una magnolia en primavera, la redención del ser humano sin la redención del agua y polvo, es un espejismo…
Todos los imaginados cielos, paraísos, paz y amor, visualizan ríos, árboles, frutas y convivencia armónica y justa…
Somos agua, peces, frutas y verduras digeridas, no las traicionaré, seré agradecido…
Por la alegría brotan seres, por la alegría viven, por la alegría se van y por la alegría retornan, con la próxima primavera…
¡Gracias por siempre, hermosa y mágica flor!