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Si la lactancia materna fuera persona, ¿qué nos diría?

Mariel Saavedra Zárate • Alumni Licenciatura en Nutrición

 

Cuando escuchamos o leemos el término “lactancia materna” podemos imaginarnos de qué se trata, creemos que no es tan ajeno a nuestras vidas y que sabemos a la perfección lo que representa; pero, ¿realmente conocemos el significado y el impacto de la leche materna?

Antes de continuar, puedes intentar resolver para ti mismo estas 10 preguntas:

¿Qué es lactancia materna?

¿Cómo, cuándo y dónde se forma la leche materna?

¿De qué se compone?

¿Para qué sirve?

¿Por qué es tan importante?

¿Cuánto tiempo debe lactar un bebé?

¿Qué consejos has escuchado que se le da a una madre que amamanta?

¿Entonces para qué existen las fórmulas lácteas?

¿Cómo debe alimentarse una mujer en proceso de lactancia?

Si soy hombre, ¿cuál es mi papel en este proceso o qué puedo aportar?

Si no pudiste resolver al menos la mitad de las preguntas, no te preocupes que para eso se ha creado este espacio. Despertar el interés y querer saber más es el primer gran paso.

Por el contrario, si pudiste resolver al menos la mitad de las preguntas podrías ser de gran ayuda para quienes necesitan más personas conocedoras como tú. Pero no te quedes ahí, mientras más conozcas del tema, mejor.

Partamos del significado de lactancia materna (LM) que nos brinda la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde se indica que LM es la forma natural de proporcionar el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo sano de los lactantes (1) con repercusiones importantes en la salud de las madres. A partir de esto podemos entender otro término necesario: la Lactancia Materna Exclusiva (LME). Es fácil, esto quiere decir que el bebé debe ser alimentado única y exclusivamente con leche materna, sin ningún suplemento sólido o líquido, lo que incluye el agua, durante sus primeros seis meses de vida. Aquí es donde comienza la confusión y la mala información. Pero no te desesperes, irás encontrando las respuestas.

Cuando entendemos a qué nos referimos con LM y LME podemos enfocarnos en su origen, su importancia y su impacto.

La leche humana se elabora desde el principio del embarazo de acuerdo con un patrón genético propio de nuestra especie. Los estrógenos y la progesterona son las hormonas responsables del desarrollo físico de las mamas, así como también de inhibir la secreción de leche antes del parto.

Se produce en un gran número de estructuras tipo bolsas a las que llamamos alvéolos para luego ser llevadas al pezón a través de canales lácteos. Alrededor del pezón existe un área circular que se denomina areola, debajo de la cual se encuentran las glándulas que producen aceite para mantener sanos la superficie del pezón y la areola. A partir del parto la secreción láctea es influenciada por otras hormonas, en particular la prolactina y la oxitocina, y por reflejos.

La succión del pezón por el niño estimula el cerebro para la producción de la hormona prolactina y la liberación en la sangre de la hormona oxitocina, las cuales influyen en los alvéolos y los canales para permitir la salida de la leche.

Complejo, ¿no? Pues después de todo este proceso explicado de manera general, la leche materna llega a la boca del bebé a través de ese binomio madre-hijo.

Desde el final del embarazo y hasta los primeros cinco días después del parto encontramos esta leche como calostro (2), compuesto espeso y amarillento que aportará al bebé una concentración de proteínas, inmunoglobulinas, leucocitos, vitaminas liposolubles, minerales, antioxidantes y un bajo contenido de grasa.

A partir del séptimo día y hasta 15 días después del parto se le llama “leche de transición”, es aquí donde disminuye la proteína y aumenta la lactosa, grasas, vitaminas hidrosolubles y el valor calórico.

Pasando de 15 a 20 días después del parto ya aparece lo que se llama “leche madura”, aquí las grasas constituyen la principal fuente de energía para el lactante. La cantidad de grasa es mayor al inicio y al final de cada tetada; es decir, cuanto menos tiempo transcurre entre una toma y otra, más grasa tiene la leche.

¿Te sabías todos estos datos? Pues todavía queda mucho por aprender. Hasta ahora hemos entendido para qué sirve y de dónde viene.

Seguramente ya sabes que este líquido vital tan valioso creado por la naturaleza es el primer alimento de un ser humano, pero, ¿qué alcance puede tener ser alimentado correctamente desde el comienzo de la vida?

La leche materna es garantía de que todas las necesidades nutricionales del niño estarán cubiertas. Protege al bebé de futuras infecciones, tales como enfermedades gastrointestinales y enfermedades respiratorias, estimula la motilidad intestinal, La frecuencia de vómito, diarrea y regurgitaciones es baja, disminuye la posibilidad de reacciones alérgicas como el asma, siempre está disponible a la temperatura y consistencia adecuadas, lo que favorece una mejor tolerancia. La cantidad de agua de la leche materna es del 87%, por lo que el bebé amamantado no necesita agua complementaria, así, tiene menos sobrecarga renal y un menor riesgo de deshidratación. El bebé puede digerir la leche materna fácilmente, se asimila más rápido y favorece el tránsito intestinal. Durante la succión del pecho, los músculos de la mandíbula del niño se ejercitan, lo que fomenta una mandíbula bien formada y dientes rectos. El vínculo que se establece con la LM le brinda al bebé una sensación de bienestar y seguridad, de esta manera le potencializa una autoestima adecuada y una inteligencia emocional para toda su vida, así como la atención y protección materna.

Para la madre también existen muchos beneficios. Previene hemorragias y depresión posparto debido al efecto tranquilizador y de bienestar. Disminuye el depósito de tejido adiposo, condicionando en las mujeres la recuperación de su peso previo al embarazo más rápidamente. Brinda comodidad a la madre porque no tiene que preparase ni esterilizar biberones, especialmente cuando viaja o trabaja y, por si fuera poco, ayuda en la prevención de cáncer de mama y ovario.

Pese a toda la información que tenemos al alcance y la inmensa lista de beneficios que la LM aporta al bebé, a la madre y a la sociedad, todavía existen múltiples factores que afectan e intervienen el comienzo y la continuidad de la LME. Te explico.

Como se mencionó al principio de este texto, la mala interpretación comienza a partir de lo que entendemos por LME. Aquí es donde existe la creencia de que a los bebés se les puede alimentar con leche materna sólo los primeros seis meses de vida y después de este tiempo ya no sirve o ya no es fuente de nada.

En realidad, es totalmente cierto que los primeros seis meses de vida del bebé se le debe alimentar únicamente con lactancia materna y a partir de los seis meses podemos comenzar la introducción de alimentos hechos papilla, pero la leche materna no se abandona; de hecho, se recomienda que el ser humano se amamante hasta una edad mínima de dos años. Pasando dos años no es obligación el destete, pues eso es algo que la madre y el niño decidirán sin ayuda de nadie.

La falta de conocimiento sobre el tema suelta un sinnúmero de mitos y los ya mencionados factores que afectan y destruyen el vínculo más natural que existe. La falta de consejería en el periodo prenatal y posnatal por los profesionales de la salud reduce el interés por la LM y el apoyo a las mujeres para llevarla a cabo, además si la madre recibe información contradictoria de diferentes profesionales y no profesionales su decisión de lactar se verá afectada.

No lo sabemos o tal vez no lo queremos creer, pero tirar a la basura el deseo de amamantar al hijo puede ser tremendamente fácil. Basta con ideas antiguas y sin fundamentos científicos, basta con hablar con una persona de confianza muy mal informada, basta con no acudir con el médico adecuado. Seguramente has escuchado algunas frases que se les dice a las madres y no te habías puesto a pensar si son ciertas o falsas, ¿las recuerdas?

Aquí te dejo una pequeña lista de los mitos en lactancia materna más comunes según la UNICEF. Ten por seguro que todas estas afirmaciones son completamente falsas:

  • Las mujeres con pechos pequeños no pueden amamantar.
  • No todas las mujeres producen leche de buena calidad.
  • No todas las mujeres producen leche suficiente para satisfacer al bebé.
  • La madre no puede comer ciertos alimentos durante la lactancia
  • Si la madre está enojada o asustada no debe dar de lactar.
  • Si la madre está enferma no debe lactar.
  • Una vez que se interrumpe la lactancia no se puede volver a amamantar.
  • El calostro deberá ser desechado porque es sucio y antihigiénico.
  • El calostro es amarillo porque está podrido.
  • El bebé no debe succionar hasta que salga leche blanca.
  • Los niños se deben amamantar por más tiempo que las niñas.
  • Se debe dejar de amamantar cuando el niño o la niña aprendan a caminar.
  • Se debe introducir uvas antes de los seis meses para que el niño aprenda a hablar más rápido.
  • Los bebés necesitan beber aguas aromáticas y té para fortalecer el estómago o si tienen alguna enfermedad gastrointestinal.
  • Un bebé con labio leporino no puede amamantar.
  • Amamantar por más de dos años vuelve a los niños promiscuos.
  • La madre que trabaja no tiene tiempo para amamantar.
  • Las fórmulas lácteas son lo mismo que la leche materna.
  • El biberón es inofensivo e higiénico.

Si quieres saber la realidad de estos mitos, te recomiendo acudir con un profesional de la salud bien informado y debidamente actualizado. Todos podemos ser parte de la solución y no del problema.

 

(1) El período de Lactante se extiende desde los 28 días de vida hasta los 24 meses y se subdivide en: Lactante Menor: de los 28 días hasta los 12 meses. Lactante Mayor: de los 12 meses hasta los 24 meses.

(2) Líquido de alta densidad y bajo volumen, con un adecuado aporte de nutrientes. Es de color amarillo y espeso, rico en anticuerpos, vitamina A, proteínas y enzimas. Es purgante y protege al recién nacido contra infecciones y alergias. Asimismo, ayuda a madurar el intestino del bebé y previene enfermedades oculares.

 

 

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