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¿QUÉ TIPO DE SEÑAL ERES PARA LOS DEMÁS? (Lc. 11, 29-31)

Hoy la Iglesia recuerda a san Juan XXIII, un santo que no solo fue admirable en cuanto a su persona, sino que resplandeció sobre él la virtud de la unidad, es decir, fue no solo embajador de la unidad en la diversidad, sino que fue ante todo imagen de la unidad de la Santísima Trinidad en medio del mundo que lo rodeaba y el cual no tuvo nada sencillo.

El evangelio del día de hoy nos recuerda el llamado que Dios nos ha hecho, pues es él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, por tanto, esta verdad que ya en el corazón del hombre, debe ser buscada con fuerza y con perseverancia para que al fin alcance reposo en ella.

Dios nos ha elegido a cada uno según su condición y vocación a ser embajadores de su presencia en el mundo, nos ha elegido para el bien, pues fuimos hechos por su bondad y para el bien, no fuimos hechos para el mal, de ahí que cuando el hombre obra, el mal se experimenta vacío y solo.

Jesús en el evangelio nos cuestiona tomando como punto de partida a Jonás el profeta, o mejor dicho el “signo de Jonás”, un signo profético, pero que va más allá del simple anuncio, no solamente se refiere al descenso de Jonás al abismo en el vientre de la ballena, aunque sea signo de la resurrección.

El signo de Jonás trasciende estas realidades, al menos podemos resaltar cinco implicaciones de este signo, Jonás es signo de elección, es decir, Jonás es elegido por Dios, de eso no queda duda, y es elegido para realizar una misión de comunicar a la gran ciudad el arrepentimiento y la conversión no solo de actos, sino sobre todo de actitudes. Jonás es signo de misericordia, pues aún en medio de la tormenta cuando Jonás toma la determinación de ser arrojado al mar violento y encrespado, Dios por misericordia, se compadece de Jonás y le capta por medio del cetáceo, quien lo escupe en la playa cercana a la ciudad a donde se dirigía, no sin antes pasar tres días dentro del estómago del pez.

Jonás es signo de compasión primero de parte de Dios pues se compadece que no tiene ni una sombra donde descansar y le hace crecer una hiedra, y luego es signo Jonás para la ciudad de Nínive pues por su medio es que Dios mueve los corazones de los ciudadanos y son llamados a la conversión; Jonás es signo de perdón, porque en medio de esa penitencia y ese compromiso de los ninivitas con Dios, es que por medio de Jonás Dios concede ese perdón; y por último Jonás es singo de gracia, porque Dios recuerda a Jonás directamente y a Nínive por medio de él, que la salvación, el perdón y la paz son dones venidos de Dios que los concede a quienes disponen el corazón.

Por tal motivo caben las preguntas ¿Qué tipo de señal eres para los demás? ¿eres una señal de tránsito? ¿Eres una señal de orientación? O ¿Eres una señal de advertencia?, dispongamos nuestra persona a ser más que señales, signos de unidad en medio de nuestros hermanos.

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