El texto que nos propone la liturgia de hoy está enmarcado en los llamados discursos de despedida. Jesús antes de pasar de este mundo al Padre quiere dejar a los discípulos su testamento. En él, expresa que ser discípulo para el cuarto evangelio conlleva dos dimensiones: permanecer y amar.
Jesús invita con este verbo “permanecer” a una relación con él. El verbo expresa la corriente interior de vida que se genera entre Jesús y el creyente. La metáfora utilizada anteriormente, la vid y los sarmientos, es muy gráfica. El discípulo para tener vida y dar fruto ha de estar unido a Jesús. Sin él no puede hacer nada.
La causa de esta relación es la misma elección de Jesús. Su amor es tal, que él nos ha elegido, no lo hemos elegido nosotros. Él nos ha amado primero y nos ha amado como el Padre lo ama. La respuesta a esta relación íntima con Jesús se manifiesta “guardando sus mandamientos”, llevando a cabo las palabras que nos ha dicho y que constituyen un proyecto de felicidad para el creyente.
Esta experiencia de la vida de Jesús en nosotros, produce un gran gozo que se desborda de dentro hacia fuera. Aquel que se sabe en comunión con la persona y la vida de Jesús derrama espontáneamente alegría como una fuente de agua que se desparrama haciendo crecer todo tipo de vida a su alrededor.
Amarse entre los hermanos como Jesús les ha amado. Este es el otro signo del creyente en Jesús: el amor a los hermanos de comunidad. “En esto conocerán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros”. Esa será la señal reconocida desde fuera de la comunidad, el amor recíproco entre los hermanos. La relación que tengan los hermanos entre sí será reflejo de la relación de cada uno de ellos con el mismo Jesús.
El amor fraterno es respuesta a este amor de Dios previamente experimentado. Podríamos decir que este amor entre los hermanos cierra el círculo de relaciones entre el Padre, el Hijo y sus seguidores, y establece entre ellos una corriente de vida que irradia la común-unión. ¿Cómo vivo mi relación con Jesús, es una relación de un amigo con otro amigo? ¿Y mi relación con mis hermanos de comunidad?