¡Saludos comunidad UNIVA!, que Dios les conceda una bendecida jornada. Hoy celebramos la memoria de un gran santo y doctor de la Iglesia: San Agustín. Su vida estuvo caracterizada por una incansable búsqueda de la verdad, que lo llevo de una vida disoluta a una vida de santidad. Esto puede ilustrar muy bien lo que como comunidad universitaria estamos llamados a ser: “una unidad viva de organismos dedicados a la investigación de la verdad” (ECE 16).
San Agustín tuvo la experiencia de vivir en la “superficie”, vivir una vida de apariencias y “éxito” que terminó por sumirlo en una crisis existencial, ni el poder, la fama o el dinero satisfacían su corazón. Esto es precisamente lo que Jesús recrimina a los fariseos en el evangelio del día de hoy, vivir la religión en la apariencia y la superficie, “simular” ser justo y cumplir, pero sin una verdadera conversión del corazón, sin una búsqueda real por lo bueno, verdadero y santo.
San Agustín supo escuchar la voz de Dios que lo llamaba, y en su ardiente deseo por la verdad, pudo aceptar la fe y convertirse en uno de los grandes santos de la historia de la Iglesia. Pidamos su intercesión para que, como comunidad universitaria, compartamos este mismo ardor y deseo ferviente por la verdad.