
Jorge Luis Padilla Zamora · Jefe de Mercadotecnia, Comunicación y RRPP
En la historia de la humanidad hemos vivido grandes cambios; todos ellos marcados por las revoluciones industriales; y después de muchos años de no ver un cambio tan abrupto como hace un par de décadas; hoy por fin, veo uno muy marcado en el actuar y el desarrollo de la vida misma; el uso de la inteligencia artificial.
Recordando las 4 etapas de las revoluciones industriales; que dicho sea de paso fueron momento cúspides en la evolución de la vida humana; estos fueron los grandes cambios que sembraron las bases de lo que hoy conocemos como sociedad.
· Mecanización
· Electricidad
· Informática
· Digitalización
Si bien esta última tuvo un gran paso obligado, derivado de las actividades que tuvieron que hacerse durante la pandemia del 2020; todo volvió a la normalidad otra vez y el gran paso que se dio en apariencia volvió a dónde inició.
Sin embargo, desde inicios del 2024, cuando comenzó a tener un acceso más fácil la IA por parte de cualquier grupo y cualquier nivel económico; esta tomó un auge tan fuerte que literalmente ha desplazado no solo tecnología sino también las funciones humanas.
Con el uso desmedido de ChatGPT, Google Assistant, Alexa entre tantos más; las personas, desde niños, jóvenes y adultos han utilizado tanto estas herramientas que han dejado de lado su propia naturaleza y mayor cualidad que es el pensamiento.
No solo eso; también funciones motrices como un acto tan sencillo como el poner un disco de vinilo se ha vuelto algo obsoleto porque ahora todo nos queda a una orden para que un dispositivo inteligente lo haga en teoría “haciéndonos la vida más fácil” pero al menos para mí, no es que nos la haga más fácil, en mi percepción nos está haciendo más vulnerables y menos importantes dentro de nuestro propio mundo.
Entiendo que las revoluciones industriales fueron cambios abruptos contra la vida que estábamos acostumbrados a vivir cada día; pero lo que veo hoy, atenta contra nuestra propia naturaleza, ¿cuándo hemos visto que un ave que se corte las alas así mismo? Bueno, en ese nivel de comparación coloco a la IA contra nosotros; nos está matando poco a poco y no nos estamos dando cuenta.
Usar la tecnología es un acto contra el que no podemos ir en contra, pero la tecnología al igual que la información debe de ser utilizada con sabiduría y con responsabilidad; de lo contrario no tiene ningún futuro prometedor para nosotros.
En estos tiempos de Inteligencia Artificial, traigamos de regreso la conciencia. Traigamos de regreso las ganas y la habilidad de pensar; porque es algo que cada vez se ve más lejano. Ya nadie piensa, son pocos los que se detienen a ver y entender el porqué de las cosas; ahora todos actúan en un nivel de negligencia en sus vidas donde quieren que todo sea rápido y sin ningún tipo de esfuerzo; ¿Qué recompensa hay ahí?
No digo que no avancemos, avancemos con responsabilidad, pero no atentemos contra lo que somos por naturaleza, seres pensantes; racionales y motrizmente hábiles. Regalémonos la oportunidad de poder volver a cerrar los ojos y dibujar en nuestras mentes aquello que no tiene forma, pero existe; dejemos que nuestros lápices fluyan al compás de nuestras ideas para externar lo que sienten; no solo le digamos a un aparato que no hable de un tema y lo desglose con sabiduría; seamos nosotros los que le demos voz a nuestro corazón; no una maquina con IA.
Los actos de comodidad no nos llevarán a ningún lado; hace tiempo lo dije aquí mismo en Ágora; la IA es un arma de doble filo; se debe usar con sabiduría; de lo contrario esta acabará contigo.
Porque, piénsalo de esta forma; si eres una persona que vive y necesita de la IA, ¿qué va a pasar cuándo no tengas internet o simplemente no tengas un dispositivo móvil a la mano? Lamento decirte; serás un inútil tanto en tu labor diaria como en la vida; y la evolución no perdona; lo inútil solo tiene un camino seguro que es desaparecer; la extensión; ya que no tiene una necesidad en este plano.
Por eso mismo te pido, que te regales la oportunidad de poder pensar, no te quites ese regalo que Dios o la vida misma te regalo; te estás cortando las alas que te dieron para volar y recuerda que un ave sin alas morirá más pronto que cualquier otra; porque no está preparada para vivir en este mundo.