
Pbro. Lic. Armando González Escoto ∙ Dirección de Publicaciones, Sistema UNIVA
Para estados Unidos el tema es la “seguridad nacional”, para México el tema es “soberanía”, para la sociedad mexicana el tema es “sobrevivencia”.
¿Cómo sobrevivir en un país donde la delincuencia organizada se ha convertido en gobierno? ¿Cómo trabajar y existir en un municipio donde las decisiones ya no las tiene el alcalde sino la maña? En nuestro país las instituciones de gobierno se están volviendo mera arqueología, justo porque nuestra democracia ha sido todo el tiempo un juego de apariencias, jugar a que existen tres poderes, a que son independientes, a que sirven a la sociedad, hacer como que hacemos justicia, como que legislamos, como que mandamos, y a todo este conjunto de falacias se les llama luego “soberanía”.
Una vez más, con la impertinencia que le caracteriza, no por ello menos inteligente y astuta, el presidente norteamericano ofrece apoyo militar directo para la lucha contra la delincuencia en México, algo que una vez más el gobierno mexicano rechaza, porque sería aceptar ante todo el mundo su incapacidad manifiesta para solucionar un problema realmente grave y desestabilizador, o porque admitir tal apoyo sería contravenir el propio juego que el gobierno desarrolla, o porque una intervención militar podría llevar al presidio no sólo a los delincuentes, sino también a un buen contingente de políticos de los tres órdenes y de los tres niveles, con bastantes militares añadidos, y sin el apoyo tradicional de la impunidad mexicana, o porque una vez el ejército norteamericano dentro, lo difícil sería volverlo a sacar.
Hoy día la soberanía mexicana es un mito en el que seguramente no cree ni el propio gobierno, pero lo sigue usando como el petate del muerto. ¿Cómo llamarnos soberanos si somos dependientes energéticos y alimentarios? ¿Si tenemos una deuda externa galopante? ¿Si la producción económica de México es casi por completo dependiente de la norteamericana? ¿Si la amenaza arancelaria nos ha hecho bailar como monos cilindreros? ¿Si nuestros mayores ingresos provienen de las remesas que envían los trabajadores mexicanos desde Estados Unidos?
Aunque a nosotros y al resto del mundo nos pese, Trump está trabajando de manera decidida, abierta y contundente en favor de su país. A diferencia de los lemas electoreros de nuestros políticos mexicanos, el MAGA de Trump ha ido muy en serio hasta este momento, sosteniendo sus diez claves propuestas de manera resuelta y bastante bien pensada, con pasos pesados y de largo alcance, y así, al resto del mundo no le ha quedado otro camino que someter su soberanía para que Estados Unidos vuelva a ser grande, también lo ha hecho México, lo ha hecho siempre, pero aparentando como que no lo hace.
Al final todo acaba siendo un asunto de semántica, que en glosa popular se llama verborrea, y que apela siempre a la “cargada”: “Presidentes de 22 Congresos locales del país firmaron una declaración conjunta en la que se comprometieron a promover las reformas necesarias para velar por la soberanía mexicana ante los embates del gobierno de Estados Unidos”, o en declaraciones de la autoridad ejecutiva: “colaboración sí, ceder soberanía no”, “diálogo con respeto sí, imposiciones no”. Y no olvidemos que en este mundo de fantasías y rimbombantes afirmaciones nuestro anterior presidente decretaba el 5 de mayo de 2024 que “ya habíamos dejado atrás una época de entreguismo y sumisión”, habría que añadir: “para iniciar una nueva”, pero, ¿podemos hacer otra cosa, en el actual escenario y si seguimos siendo como somos?
Armando González Escoto
armando.gon@univa.mx
Publicado en El Informador del domingo 17 de agosto de 2025.