Skip to main content

Pensándolo bien · Atados de pies y manos

Pbro. Lic. Armando González Escoto ∙ Dirección de Publicaciones, Sistema UNIVA

El Tratado de Libre Comercio parece funcionar mejor cuando en Estados Unidos gobierna el partido demócrata. Pero funcionaría todavía más bien si en ese inmediato país gobernara una democracia genuina de alcance internacional y contemporáneo.

En esa historia de piratería y neocolonialismo la paradoja permanente ha sido ver al adalid y pionero de la democracia mundial, someter su preciado ideal al poder de una meta mucho más dominante y definitiva, sus intereses económicos que hoy navegan por todo el planeta, y son protegidos con garras y dientes bajo la muy engañosa bandera de la “seguridad nacional”; es decir, que hasta en el más apartado lugar del planeta puede dicha seguridad enfrentar riesgos, desde luego esquizoides, que deben ser atendidos, aplastando a quien ellos consideren amenaza.

Gran interrogante se abre a la hora de entender lo que para ellos sea “seguridad nacional”, porque lo mismo puede exigir apoyar, proteger y defender a un dictador latinoamericano, que a un genocida del medio o del extremo oriente, o igual, derrocar al mejor gobierno aún del país más lejano. Más que una discutible seguridad nacional, lo que se defiende sobre todo es su “estado de bienestar”, así sea a costa del planeta. Por lo pronto, y para que ese estado de bienestar estadounidense se mantenga, México les paga cerca de dos mil millones de pesos cada día por concepto de intereses derivados de la deuda. Ya podrás saber para quién estamos trabajando.

Pero para que nuestro país siga pagando tan elevada cantidad de intereses debería ser no solamente más productivo, sino también más libre para decidir qué inversiones contrata y cuáles no. Y ahí es donde la seguridad nacional de los vecinos entra en pánico y activa los botones rojos. Si empresas chinas ganan en concurso una licitación para el tren de Pachuca, los empresarios mexicanos se traban de espanto, porque eso puede disgustar a la “democracia” trumpista, que no sólo blande la espada de los aranceles, también la de la revisión inminente del Tratado de Libre Comercio. Ya tuvimos un escenario similar con la “democracia” obamista, y las inversiones chinas suspendidas en Cancún.

Desde ese punto de vista el Tratado de Libre Comercio habría que entenderlo también como un grillete que sujeta, controla y domina a los países implicados con un perfil dependiente, ¿es un tratado para que solamente trates conmigo y con aquellos que el actor dominante te dé permiso, o de lo contrario hay consecuencias? Pero si los mismos originales beneficios del tratado se han ido diluyendo por la alcantarilla de los aranceles, entonces sólo están quedando las prohibiciones, los controles, el sometimiento ¿podemos hacer algo, o estamos atados de pies y manos?

No es la primera vez que una propuesta tan brillante y positiva para todos como es el multilateralismo, es arruinada por el egoísmo de las naciones poderosas, en este caso

Estados Unidos, ni es la primera vez que México debe someterse al más fuerte, de nuevo Estados Unidos, teniendo a mano alternativas mucho mejores, como podría ser, con sus asegunes, la Unión Europea o el BRICS ampliado, e incluso sólo China, siempre y cuando China deje de vernos nada más como consumidores dispuestos a seguir arruinando la productividad nacional en aras de lo barato, si bien este camino torcido no fue culpa de China, sino de nuestras propias autoridades.

Armando González Escoto

armando.gon@univa.mx

 

Publicado en El Informador del domingo 5 de octubre de 2025.

Comunicación Sistema UNIVA

Author Comunicación Sistema UNIVA

More posts by Comunicación Sistema UNIVA