
Leslie Becerril Serna · Docente Investigador
Una de las funciones biológicas fundamentales del ser humano es mantener una temperatura corporal interna constante entre 36.5 °C y 37 °C. Este margen es muy estrecho, por lo que incluso un aumento de un solo grado puede afectar el funcionamiento de células, tejidos y órganos.
Cuando el cuerpo no logra regular adecuadamente su temperatura, se rompe el equilibrio térmico y se compromete la homeostasis, es decir, la estabilidad del entorno interno del organismo. Esto puede derivar en diversas enfermedades causadas por el exceso de calor.
¿Qué ocurre dentro del cuerpo al exponerse al calor extremo?
Alerta en el sistema vascular. Cuando el cuerpo comienza a sobrecalentarse, los vasos sanguíneos se dilatan, el corazón acelera su ritmo y una mayor cantidad de sangre se dirige hacia la piel para disipar el calor. Si el aire exterior es más caliente que la piel, esta estrategia no es suficiente. Entonces, el cerebro ordena a las glándulas sudoríparas extraer agua del torrente sanguíneo para formar sudor y enfriar el cuerpo mediante su evaporación.
En días calurosos y con actividad física intensa, una persona puede perder hasta un litro de agua por hora. Sin embargo, estos mecanismos de enfriamiento tienen consecuencias: al enviar más sangre hacia la piel, disminuye el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede causar debilidad, mareo y confusión. Además, el sudor elimina no solo agua, sino también sales esenciales, lo que puede provocar deshidratación, calambres musculares y agotamiento general.
Si la deshidratación se agrava, el cuerpo pierde la capacidad de sudar, lo que impide regular la temperatura interna y puede dar lugar a padecimientos graves.
Principales enfermedades relacionadas con el calor
Golpe de calor
Es una emergencia médica que ocurre cuando la temperatura corporal supera los 40 °C. Puede causar daños en el cerebro, corazón, riñones y músculos. Si no se atiende de inmediato, puede ser mortal.
Síntomas: mareo, confusión, piel caliente y seca, dolor de cabeza, náuseas, vómito, pérdida de conciencia, respiración acelerada.
Prevención: evitar la actividad física en horas de intenso calor, mantenerse bien hidratado, vestir ropa ligera y fresca, descansar en lugares ventilados y nunca dejar a personas o animales dentro de vehículos cerrados.
Qué hacer: llamar a emergencias, llevar a la persona a un sitio fresco, retirarle la ropa, aplicar compresas frías en axilas, cuello y cabeza, y ofrecer agua solo si está consciente.
Deshidratación
Ocurre por la pérdida excesiva de líquidos, muy común en climas calurosos.
Síntomas: sed intensa, boca seca, fatiga, orina oscura, dolor de cabeza.
Prevención: beber agua con regularidad, incluso sin tener sed, y evitar exponerse al sol prolongadamente.
Agotamiento por calor
Es una etapa previa al golpe de calor, que también requiere atención.
Síntomas: cansancio sin causa aparente, somnolencia, sudoración excesiva, palpitaciones, piel fría y húmeda.
Prevención: descansar en lugares sombreados, mantenerse hidratado y usar ropa ligera.
Quemaduras solares
Son lesiones en la piel por exposición prolongada al sol sin protección.
Síntomas: enrojecimiento, dolor, aparición de ampollas y descamación.
Prevención: aplicar protector solar, evitar la exposición solar entre las 10 a.m. y 4 p.m., y usar ropa que cubra la piel.
Sarpullido por calor (miliaria)
Es una irritación causada por el sudor atrapado en los poros, común en climas cálidos y húmedos.
Síntomas: pequeñas ronchas rojas, ampollas, picazón o ardor.
Prevención: usar ropa fresca, ligera y transpirable.
Intoxicaciones alimentarias
Son frecuentes en época de calor, ya que las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias en alimentos mal refrigerados o contaminados.
Síntomas: náuseas, vómitos, diarrea, fiebre.
Prevención: mantener la cadena de frío, consumir alimentos bien cocidos y evitar productos en mal estado.
Enfermedades transmitidas por mosquitos
El calor y la humedad aumentan la reproducción de mosquitos que transmiten enfermedades como dengue, zika y chikungunya.
Síntomas comunes: fiebre, dolor de cabeza, sarpullido, fatiga, tos. En casos de dengue hemorrágico, puede haber sangrado por encías, nariz u ojos.
Prevención: usar repelente, vestir ropa clara y de manga larga, evitar acumulaciones de agua y utilizar mosquiteros.
Reacciones a medicamentos
Algunos medicamentos como antihipertensivos, diuréticos o antidepresivos pueden aumentar la sensibilidad al calor o al sol, elevando el riesgo de deshidratación o fotosensibilidad. Es importante consultar con un profesional de la salud sobre los efectos secundarios en temporada de calor.
Conclusión
El calor no solo provoca incomodidad: puede originar una serie de enfermedades que afectan el funcionamiento general del cuerpo. Prevenir estos padecimientos está en nuestras manos: hidratarse adecuadamente, protegerse del sol, mantener una alimentación segura y cuidar especialmente a las personas más vulnerables son medidas esenciales para disfrutar del verano de forma saludable.