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Los límites de la biología mecanicista y la evolución de las especies

Mtro. Juan Manuel Madrigal Miranda · Docente UNIVA Uruapan-Zamora

 

Una típica pregunta retadora es ¿Qué fue primero la gallina o el huevo?, ¿el ser humano o el óvulo-espermatozoide? Dicen por allí que no hay pregunta más difícil que las cuestiones mal planteadas. En la historia de la biología y de la Teoría de la Evolución de Las Especies, desde antes y después de Darwin, sigue viva la gran pregunta del paso de la roca al perfume de las flores, a los animales y al ser humano, su consciencia y mente.

En las siguientes líneas expondremos brevemente la posición de Charles Birch (1918-2009) al respecto. Birch fue un destacado biólogo australiano, experto en genética, ecología, zoología, entomólogo, agrónomo, filósofo, teólogo y Teórico de la Evolución. Respecto a esta última teoría, Birch trabajó junto al gran teórico Theodosius Dobzhansky, autor de la Teoría Sintética Moderna de la Evolución. Dobzhansky fue también multipremiado por sus investigaciones y perteneció a las más importantes sociedades científicas del mundo.

Birch nos dice (Why I became a Panexperiencialist?) que existen tres visiones realistas sobre la relación de lo mental con lo físico: el materialismo, el dualismo y el panexperiencialismo (PE).

Para el materialismo todo lo que existe son formas de la materia y considera a los fenómenos de conciencia como fenómenos químico-físicos del cerebro (materia). Para el dualismo solo existe mente y materia, lo cual es irreductible el uno del otro, aunque se relacionan.

El panexperiencialismo (PE) es una visión monista (todo es uno) que afirma que lo físico y lo mental son aspectos del mismo fenómeno, que lo físico y lo mental son reales, que el universo no está hecho de substancias físicas, sino de eventos (procesos) experimentados, sentidos. Aquí, lo sentido son relaciones internas. La experiencia abarca desde protones, personas y galaxias. Dice que los átomos tienen un aspecto subjetivo simple o complejo (experiencias, sensaciones, sentimientos), no son vacíos actualizados (A. N. Whitehead).

El PE tiene su origen en Alfred North Whitehead, el genio matemático, físico y filósofo, maestro de Bertrand Russell, juntos escribieron la obra matemática más importante del siglo XX. Whitehead propusó hablar de eventos y procesos en vez de átomos.

Charles Birch, y la física cuántica contemporánea, señala que en la biología dominante de hoy en día, predomina la visión mecanicista newtoniana que ve al universo y a la naturaleza como una mesa de billar donde una bola empuja a otra y así sucesivamente, es decir, mira solo materia, partículas atómicas en movimiento. Aquí domina el concepto mecanicista de substancia, como piezas de un reloj absoluto (Newton).

El C.H. Waddington, experto en biología del desarrollo, y el zoólogo W.E. Agar, ambos maestros de Birch, hablaron de que los seres humanos tenemos dos fuentes de conocimiento, una, por los sentidos (especialmente por los ojos, conocimiento público), y dos, por la propia mente humana, como personas capaces de placer, libertad, pena y voluntad, y también señalan que la biología dominante dice que lo mental surgió en un momento de la evolución de los animales, que antes del tiempo que nació del Big Bang no había mente, es decir, que lo mental viene de lo no-mental, lo cual a Waddington y a Agar, y a Birch, les parece absurdo.

Las ciencias físico-matemáticas conocen, por fuera, lo visible, pero hay otra dimensión: conocer desde dentro como seres conscientes, pues, usamos las emociones para conocernos y esto lo extendemos al ver y saber sobre lo que son otras personas, lo mismo hacemos al ver otros animales y lo microscópico.

Y remarcan que lo mental no surgió en un momento del tiempo, sino que lo mental y lo corporal (materia y conciencia) siempre han estado en unión desde que existe un átomo, lo que significa que lo subjetivo y lo objetivo son inseparables en todo tiempo y espacio, y que lo mental ha estado y está en todo proceso (evento o átomo). En estricto, no hay cosas, algo, sino ocasiones de experiencia, procesos, eventos. Las emociones están vinculadas a una mente unificada que se da cuenta de lo que la rodea, de su ambiente. El mundo está hecho de eventos que sienten, tienen experiencias (cambios), desde una partícula atómica a una piedra, molécula, célula, organismo, galaxia.

Más los biólogos que los físicos, nos dice Birch, creen en un determinismo causal absoluto e impersonal, como Einstein quien negó a la naciente física cuántica en su época, y que negó el libre albedrío, creencia influenciada por Baruch Spinoza (panteísmo místico impersonal).

Entre los eventos existen relaciones internas y externas. Para el mecanicismo newtoniano solo existen relaciones externas, causa-efecto de la interdependencia, pues, solo existen substancias, cosas, existentes por sí mismas, pero la realidad es que las relaciones internas determinan la existencia y el carácter de algo, por esto las unidades compuestas, tienen más propiedades que las singulares. El conocimiento de las relaciones internas revelan más que el saber de las relaciones externas. Las moléculas y células tienen más propiedades que sus partes. Todas las entidades individuales conllevan algo del pasado, presente y futuro, pues están en una red de relaciones, desde un átomo, y están afectados por su medioambiente interno, como todo.

No es lo mismo agregados que compuestos, pero ambos son niveles de organización, así es diferente una silla, una computadora, una roca, de un animal o un ser humano. Hay niveles del darse cuenta del ambiente (sensaciones, experiencias). Una máquina tiene organización, pero no experiencia unificada (mente, conciencia, libertad, sentir, individualidad).

Ya Lloyd Morgan con su Emergencia Evolutiva (1923), dijo que el paso de la roca a lo vivo y a lo mental no puede explicarse racionalmente en términos físicos y químicos, y llama a este paso milagros. Por su parte, el propio Dobzhansky (1967) llamó trascendencias a este eslabón, lo cual no explica realmente la transición. La teoría de las relaciones internas de Charles Birch evita el reduccionismo mecanicista newtoniano de substancia e introduce en su lugar el concepto cuántico de sucesos, procesos, eventos momentáneos, donde lo mental y lo físico son inseparables en cualquier tiempo y espacio, y objeto y sujeto. Lo mental no viene evolutivamente de lo no-mental (físico-químico).

Con su exploración teórica del experiencialismo, de las relaciones internas y la unidad mente–evento, Birch también desató un movimiento mundial en favor de los animales al considerarlos como seres sintientes, con mente.

La conciencia es un alto nivel de sentir, de experiencia, e incluye memoria y planificación de futuros eventos, y en sus cimas éticas y espirituales implica paz, justicia, responsabilidad, entusiasmo, esperanza, fe y armonía. La mente es experiencia unificada, es conciencia, es sentir y darse cuenta del medioambiente para responder con inteligencia benigna y celebrar el estar vivos: la gloria de existir en armonía con todo, sustentablemente.

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