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La Era Digital y los Nuevos Delincuentes: Navegando Seguro en el Mundo Financiero

Mónica Esmeralda Rojas Ayala ·Estudiante de la maestría en Medios Creativos Digitales  

Vivimos en un mundo hiperconectado, donde cada clic, cada mensaje y cada transacción deja una huella. Aunque la tecnología ha transformado nuestras vidas, también ha traído consigo una nueva gama de riesgos invisibles que acechan desde pantallas, redes sociales y hasta llamadas telefónicas. Como profesional que ha trabajado durante años en el sector financiero, he sido testigo de cómo la falta de cultura digital puede poner en riesgo no solo el dinero, sino también la integridad y la tranquilidad de miles de personas.

La digitalización del sector financiero ha revolucionado la manera en que manejamos nuestro dinero, pero también ha abierto las puertas a una nueva generación de delincuentes cibernéticos. Durante mis diez años trabajando en el sector financiero, he escuchado innumerables casos de socios que cayeron víctimas de extorsiones y fraudes digitales. Desde la señora que perdió sus ahorros de toda la vida por confiar en un correo electrónico falso, hasta el empresario que fue víctima de una sofisticada operación de ingeniería social. Estos casos me han enseñado que la educación y la prevención son nuestras mejores armas contra los ciberdelincuentes.

Los rostros del crimen digital

Los ataques cibernéticos ya no son cosa de películas ni de hackers encapuchados en un sótano. Son reales, frecuentes y cada vez más sofisticados. Entre los más comunes encontramos:

Phishing: El arte del engaño digital

El phishing representa una de las amenazas más comunes y efectivas en el mundo digital. Consiste en el envío de comunicaciones fraudulentas que aparentan provenir de fuentes confiables —como bancos o empresas reconocidas— con el objetivo de obtener información confidencial como contraseñas, números de tarjetas de crédito o datos personales.

Cómo identificarlo:

· Revisa cuidadosamente la dirección del remitente; a menudo contiene errores sutiles.

· Desconfía de mensajes que crean urgencia o presión para actuar inmediatamente.

· Verifica errores ortográficos o gramaticales inusuales en comunicaciones “oficiales”.

· Nunca hagas clic en enlaces sospechosos; mejor navega directamente al sitio web oficial.

Vishing: Cuando la voz se convierte en arma

El vishing (voice phishing) utiliza llamadas telefónicas para obtener información confidencial. Los estafadores se hacen pasar por representantes de bancos, compañías de seguros o entidades gubernamentales, creando escenarios convincentes para extraer datos personales. He presenciado casos donde los delincuentes llaman fingiendo ser del departamento de fraudes del banco, alertando sobre supuestas transacciones sospechosas y solicitando información para “verificar” la identidad del cliente. La sofisticación de estas operaciones es impresionante: conocen datos parciales del cliente y crean una sensación de legitimidad difícil de detectar.

Señales de alerta:

· Llamadas no solicitadas pidiendo información personal o financiera.

· Presión para proporcionar datos “para tu seguridad”.

· Solicitudes de confirmación de información que la entidad legítima ya debería tener.

Smishing: El SMS traicionero

El smishing combina SMS con phishing, utilizando mensajes de texto para dirigir a las víctimas hacia sitios web fraudulentos o para solicitar información directamente. Es particularmente efectivo porque los mensajes de texto suelen percibirse como más seguros y directos.

Características típicas:

· Mensajes sobre premios ganados que requieren “verificación”.

· Alertas de seguridad falsas de tu banco.

· Promociones demasiado buenas para ser verdad.

Skimming: La clonación silenciosa

Aunque no es exclusivamente digital, el skimming ha evolucionado con la tecnología. Consiste en la instalación de dispositivos en cajeros automáticos o terminales de pago para capturar información de tarjetas magnéticas. Los dispositivos modernos son prácticamente indetectables a simple vista.

Cómo protegerte:

· Inspecciona visualmente el cajero antes de usarlo.

· Cubre el teclado al ingresar tu PIN.

· Utiliza cajeros ubicados en lugares seguros y bien iluminados.

· Revisa regularmente tus estados de cuenta.

Compras engañosas: El espejismo del comercio electrónico

Las compras en línea han dado lugar a sofisticadas estafas que van desde tiendas completamente falsas hasta productos inexistentes. Los estafadores crean sitios web convincentes con precios atractivos para obtener información de tarjetas de crédito sin entregar productos.

Estrategias de prevención: Tu escudo digital

Nunca asumas que una comunicación es legítima solo por su apariencia. Siempre verifica independientemente contactando directamente a la institución a través de canales oficiales conocidos. Mantente informado sobre las nuevas modalidades de fraude. Los ciberdelincuentes constantemente adaptan sus métodos, por lo que nuestra vigilancia debe ser igualmente dinámica.

Herramientas de seguridad:

· Utiliza autenticación de dos factores siempre que esté disponible.

· Mantén actualizados tus dispositivos y aplicaciones.

· Usa contraseñas únicas y complejas para cada cuenta.

· Instala software antivirus confiable.

En mi experiencia profesional, he observado que las víctimas más comunes no son necesariamente las personas menos educadas tecnológicamente, sino aquellas que bajan la guardia en momentos de prisa o estrés. Los delincuentes explotan nuestras emociones y nuestra confianza natural en las instituciones.

La era digital nos ha brindado herramientas financieras increíblemente poderosas y convenientes, pero también ha armado a una nueva generación de delincuentes con sofisticadas técnicas de engaño. Como sociedad, debemos evolucionar nuestra mentalidad de seguridad tan rápidamente como evolucionan las amenazas.

Recuerda: en el mundo digital, un sano escepticismo no es paranoia, es supervivencia. La próxima vez que recibas una comunicación “urgente” de tu banco, una llamada sospechosa o veas una oferta demasiado tentadora en línea, tómate un momento para reflexionar. Ese momento de pausa podría ser la diferencia entre mantener tu patrimonio seguro y convertirte en otra estadística del cibercrimen.

La seguridad digital no es solo responsabilidad de las instituciones, sino de cada uno de nosotros como usuarios. En mis años en el sector financiero, he aprendido que la prevención siempre es más barata y menos dolorosa que la solución. La información es poder y, en el mundo digital, también es protección.

Hoy más que nunca debemos aprender a navegar con conciencia. Las amenazas están al acecho, pero también lo están las herramientas para defendernos. No se trata de vivir con miedo, sino de actuar con inteligencia.

Porque, en el universo digital, ser ingenuo cuesta caro.

Comunicación Sistema UNIVA

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