
Adrián Barragán · Médico Cirujano
Se dice que el tiempo es relativo, pero, aunque se hable de física filosófica, lo único certero para nosotros es que el tiempo pasa y no perdona a quien no avanza con él.
A lo largo de la historia del ser humano se ha sabido de la existencia de los calendarios, con los cuales podemos conocer las diversas maneras en que el tiempo transcurre y se concibe en distintas culturas y en diferentes partes del mundo.
Existen diversos tipos de calendarios, los numéricos o los que llevan símbolos, los que llevan formas, dibujos o colores, los que contienen texturas y muchos otros estilos de lenguaje que han sido creados por el ser humano para plasmar registrar el paso del tiempo, identificar las festividades humanas, la mayoría guiados por los astros. Se han creado también instrumentos que nos ayudan a visualizar el paso del tiempo a nivel físico gracias a la misma réplica de la naturaleza; un ejemplo de esto son los espejos, instrumentos que fueron creados inspirados en los lagos o lagunas formadas por la naturaleza, donde se refleja la grandiosidad de las montañas y, en algún momento del día, los animales cercanos sacian su sed o toman un refrescante baño. Un lugar donde, en algún momento de la historia, el ser humano también pudo observar su propio reflejo entre nubes y estrellas, dándose cuenta de que su aspecto se iba modificando conforme con el discurrir del tiempo hasta convertirse en polvo y regresar al ciclo natural de quien lo vio nacer.
Pero te preguntarás, <<Doctor, ¿de cuál fumó?>>, y <<¿Qué tiene que ver el tiempo y el reflejo con la inspiración?>> Pues aquí te vengo a escribir un cúmulo de pensamientos que he recopilado desde que se me ocurrió el título de este texto.
Te voy a comentar que este no es un instructivo ni un recetario, mucho menos te voy a vender un curso online (todavía) para volverte un ser más inspirado. Tampoco generé el texto con inteligencia artificial (la cual en estos tiempos acepto que es una gran herramienta para llevar a cabo muchos procesos que ayudan a expandir la imaginación y la información inmediata) pero ese tema es punto y aparte.
Justamente, la creación de este texto la desarrollé de la manera más primitiva que pude, porque así me lo propuse; con papel y tinta. Sentí que al estar en contacto con esos elementos iba a brotar más la inspiración, pero como soy una persona con una mente disociada y creativa comencé a dibujar y a diseñar lo que sería mi próximo tatuaje, dejando de lado el texto que estaba escribiendo. Partí una hoja de una libreta y realicé en dos partes mi diseño que, por cierto, no me cupo.
Conforme fui trazando líneas con pluma negra pensaba en la inspiración, ¿de dónde carajos proviene la inspiración? Esa pregunta me la hacía todos los días y me percaté que la respuesta siempre era diferente, dependiendo de mi situación actual, de lo que estuviera ocurriendo a mi alrededor, del contenido que consciente e inconscientemente estaba consumiendo, de las personas a mi alrededor, la respuesta venía de todas partes. Cuando me di cuenta de eso comencé a agregar algunas nuevas acciones en mi día a día, acciones nuevas que me sirvieran de inspiración, inspiración fresca, renovada, actualizada y ad hoc a mi presente y a mis posibilidades. Practiqué un nuevo
deporte, escuché un nuevo género musical, elegí el contenido que quería consumir, seguí a gente que inspiraba mis intereses y eliminé a otra que no me aportaba nada, leí textos que me hacían entender mi entorno y entenderme a mí mismo, probé sustancias, subí montañas y un montón de situaciones que yo mismo generé tratando de buscar ese elixir de la eterna inspiración, sobre el cual les pensaba escribir. Sin embargo, me di cuenta de que nunca iba a terminar este texto, que inicié hace 8 meses, describiendo la inspiración que todo el tiempo me llegaba. Creo que uno nunca se siente satisfecho cuando prueba ese elixir. He tomado conciencia de que la inspiración es una fuente de recursos inagotables que, incluso, cerrando los ojos en la obscuridad de mi mente podía encontrarla.
No puedes escapar de ella. Todo a tu alrededor está lleno de eso, solo hay que saber identificarlo y transformarlo en suspiros para tu alma. Cuando se tenga esto presente la magia llegará por sí sola.
ELEVACIÓN
Por encima de estanques, por encima de valles,
de montañas y bosques, de mares y nubes,
más allá de los soles, más allá de los éteres,
más allá del confín de estrelladas esferas,
te desplazas, mi espíritu, con toda agilidad
y como un nadador que se extasía en las olas,
alegremente surcas la inmensidad profunda
con voluptuosidad indecible y viril.
Escápate muy lejos de estos mórbidos miasmas,
sube a purificarte al aire superior
y apura, como un noble y divino licor,
la luz clara que inunda los límpidos espacios
detrás de los hastíos y los hondos pesares
que abruman con su peso la neblinosa vida,
¡feliz aquél que puede con brioso aleteo
lanzarse hacia los campos luminosos y calmos!
Aquel cuyas ideas, cual, si fueran alondras,
levantan hacia el cielo matutino su vuelo
– ¡Que planea, sobre todo, y sabe sin esfuerzo,
la lengua de las flores y de las cosas mudas!
-Charles Baudelaire, “Las Flores del Mal”, Cap. 3.