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Diálogos sobre la Maternidad: Fuera del Círculo

Berenice Reyes Beltrán · Cofundadora de Mat Crianza A.C., asociación para la maternidad, crianza y neurodiversidad 

Los círculos de mujeres son, así como la figura geométrica, espacios bien delimitados. 

Una figura contenida en una circunferencia sin fisuras, como el símbolo de la totalidad que es, representa un espacio seguro, donde existe una confianza total, ya que, al estar el límite intacto, dicho círculo preserva todo el contenido que se trate en él. 

Y es en esta figura de unión y respeto en la que las mujeres compartimos, aprendemos y transitamos etapas complejas en la vida. 

Y así con todo lo hermoso que suena, en los círculos, también hemos sido testigos de comportamientos que se repiten, de frases que ya nos sabemos, tanto que, buscamos cómo borrarlas y a veces sin ningún éxito, terminamos por replicarlas. 

Al compartir notamos que todas estamos reprimidas por el mismo sistema que se aparece de la misma manera en distintas circunstancias.  

La mujer a quien forzaron a casarse, aquella que fue madre sin desearlo, la que le robaron el parto y en el camino mutilaron, la que debió callar abusos y la que vivió creyendo que eran normales; todas sentadas formando parte del borde del mismo círculo, que a veces es más grande de lo que notamos. 

Y es ahí cuando al querer hablar, sanar y romper los patrones empezamos a pensar: 

¿Cómo pude haberlo detenido? 

¿Por qué no corrí o le pegué? 

Quizá debí luchar más y, si hubiera hablado más fuerte, ¿me hubieran escuchado? 

Y es ahí donde nos damos cuenta de cuánto daño nos ha hecho el sistema, tanto que ahora creemos que fue nuestra culpa que todo aquello que vivimos, hubiera pasado. 

No es nuestra culpa, aun si diéramos el peor de los gritos, o si habláramos con murmullos. Siempre aparece una voz que parece tener más peso y más certeza que la nuestra. Siempre existe una figura impuesta, lista para minimizarlo o invalidar nuestros esfuerzos. Y hemos caído en la trampa entonces, de creer que, si hubiéramos hecho algo diferente, quizá no habría pasado. 

Pero… 

Señala a quien te hizo daño, nombra lo que te hicieron, reconoce que mucho de lo que vivimos es impuesto, porque la mayor parte del tiempo estamos en una posición de vulnerabilidad. Ponle el peso y la responsabilidad de los actos a quien los realiza y no a quien los sufre.  

Empieza por hacerlo al borde del círculo y cuando estés lista, hazlo fuera de él y empecemos juntas a cambiar la narrativa. 

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