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La formación de una ciudadanía global

Guillermina Díaz Gómez · Estudiante del Doctorado en Ciencias del Desarrollo Humano.

Para que el legado se transmita de generación en generación es necesaria una personalidad moral, la educación, y para definir la educación es necesaria la presencia de una generación de adultos y de una generación de jóvenes, así como de una acción ejercida por los primeros sobre los segundos. La educación es un ente esencialmente privado y doméstico, es el medio a través del cual prepara el espíritu de los niños con las condiciones esenciales de su propia existencia. La educación responde a necesidades sociales, a la ciencia y al espíritu crítico. Es la ciencia en la que se elaboran las nociones cardinales que dominan nuestro pensamiento, a su vez, es una obra colectiva y es el medio de la continuidad de la vida. La vida es experiencia y las generaciones la transmiten de una a otra. La educación debe enseñar para tender a la democracia. Independientemente de quien enseñe.

El sistema educacional es múltiple porque hay diferentes tipos de educación, tantas como capas sociales diferentes hay en la sociedad y en la actualidad tiende a diversificarse cada vez más y a especializarse.

Los grupos sociales o la comunidad trasmiten principios básicos, valores y costumbres porque tienen un ideal en cierto modo de los ciudadanos, la educación tiene por misión suscitar un cierto número de estados físicos y mentales de la sociedad a la que pertenece. Para lograrlo, la comunicación permite la transmisión de ideas, sentimientos y costumbres, tales como las creencias religiosas, las opiniones y las prácticas morales, las tradiciones nacionales o profesionales, las opiniones colectivas que constituyen el ser social hasta que estas se convierten en una posesión común. A su vez, la sociedad no puede subsistir más que si existe entre sus miembros una homogeneidad suficiente, la educación asegura la persistencia de cierta diversidad para llegar a un nivel de desarrollo. La experiencia es un proceso por el cual se presenta la continuidad hasta llegar a la renovación. Así, las creencias, los ideales, las esperanzas, lo que llamamos felicidad, las miserias y las prácticas son creadas a partir de la renovación del grupo social.

A medida que las sociedades se hacen más complejas en su estructura y recursos, aumenta la necesidad de la enseñanza y el aprendizaje sistemático o intencional, pero en una cultura desarrollada o avanzada, mucho de lo que se ha de aprender se ha depositado en símbolos, como la escritura.

La educación es política y transformadora, desarrolla la conciencia crítica y exige teoría y práctica, es empoderamiento y conciencia. La razón contiene elementos críticos y es clave para mantener una sociedad justa a través del poder de la crítica relacionando el papel político, social y ético-moral de la educación en la construcción, evolución y acción de las comunidades.

La pedagogía como ética permite formar valores democráticos, analizar la justicia social desde un punto de vista con respeto en la diversidad. Para John Dewey, la democracia es una forma donde las actitudes diarias nos encaminan a los deseos y propósitos y son alimentados de experiencias personales. La pedagogía crítica es un medio para empoderar y desarrollar la conciencia, promoviendo participación activa y desarrollando valores democráticos, gran potencial para promover cambios sociales. También existe un enfoque basado en capacidades humanas que propone el desarrollo de políticas públicas, invitando a no priorizar las ciencias aplicadas sobre las humanidades, ya que se podrían perpetuar las desigualdades y es esencial una educación que fomente el juicio moral y la ciudadanía.

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