Skip to main content

Momento de Reflexión

Mtra. Rosa María Melgoza Aviña · Coordinadora de Ciencias Económico-Administrativas, UNIVA La Piedad

¿No les ha pasado en algún momento de la vida, que voltean hacia atrás, revisan su pasado y descubren que esa vida está transcurriendo muy rápido, que se ha ido volando?

Obviamente, estoy pensando desde mis cincuenta y muchos años. La gente joven no le encontrará sentido a lo que escribo, sin embargo, las personas de mi edad o cercana a ella, quizá se sientan un poco identificadas. ¡Eso me gustaría!

Aunque el paso del tiempo significa crecimiento, transformación, también implica que hemos dejado atrás muchas cosas sin hacer. En ese trayecto hacia la madurez y el ir aprendiendo hay actividades, sueños y esperanzas que hemos ido soltando; ya sea porque así lo quisimos, porque no nos dimos cuenta o bien, porque no tuvimos elección.

Al analizar lo que hemos dejado de hacer, quizá nos enfrentemos a una realidad que no estamos preparados para aceptar. ¿Cómo era y en qué me he convertido? En esa revisión me doy cuenta con tristeza y espero que, con aceptación, que conforme pasan los años nos sentimos cada vez más vulnerables, se hace evidente que la vida puede terminar en cualquier momento y por todo tipo de circunstancias. En esta edad quizá muchos de nosotros sufrimos por la pérdida de un ser querido: un hermano (a), un amigo (a) o alguien cercano se encuentra enfermo y nos hace pensar en lo frágiles que somos y que lo más triste puede pasar; si bien es cierto que no estaremos en este plano para siempre, sí queremos vivir el mayor tiempo posible en compañía de quienes amamos.

¿Será que el fin de año es la causa de esta reflexión?

Se acerca el fin de un ciclo que ha significado mucho para todas las personas: esperanza, expectativas, pero también dolor y lo que queremos quizá es que termine ya y comience lo nuevo. En esta prisa por el reinicio, sugiero no olvidarnos de las personas que todavía tenemos a nuestro lado, de las experiencias que hemos compartido con ellas, de los aprendizajes que hemos asimilado, de las risas que nos han provocado.

Dejar cosas atrás es una parte natural del crecimiento, pero también es importante reflexionar sobre lo que verdaderamente queremos tener y vivir. El equilibrio entre avanzar y preservar lo esencial es un desafío constante. ¿Qué hemos dejado de hacer que pudiéramos recuperar el siguiente año? ¿La salud? ¿Ese amigo (a) que por exceso trabajo y falta de tiempo no frecuentamos? ¿Viajar a ese lugar que siempre nos ha llamado la atención? ¿Ponerte ese vestido o traje que ha formado parte de tus ilusiones, pero que el sedentarismo en el que vivimos no ha permitido? ¿Compartir y disfrutar más con la familia, sobre todo en esos momentos de tradición como las comidas de los domingos? No lo sé.

Comencé estas líneas con una idea, sin embargo, al momento de escribir, espero se haya complementado de otras más y no esté confundiendo al lector. Porque mi idea es que éste espacio sirva para invitarlos a detenernos un ratito y pensar, recordar y sentir que la vida está llena de momentos; que entendamos que en este vivir y obtener lo que pedimos y necesitamos, también está la conciencia de que hay mucho que también hemos perdido.

Cerremos ciclos para darle la bienvenida a lo nuevo, evitemos aferrarnos al pasado, liberemos espacio emocional y mental para lo que viene. Cerrar algo no significa olvidar sino simplemente soltar lo que ya no nos sirve; entendamos que las experiencias difíciles nos preparan para identificar y recibir lo nuevo. Veámoslo como una nueva oportunidad para redefinir prioridades, establecer nuevas metas, para cambiar hábitos, para reinventarnos con el apoyo de la familia, de nuestros amigos, de esa persona especial; pero, sobre todo, hacerlo con mucho amor hacia nosotros mismos.

Y bien, ¿qué harás en este nuevo ciclo? Quizá esa respuesta sea tan emocionante como el recorrido que hagamos. ¡Gracias por estar!

Comunicación Sistema UNIVA

Author Comunicación Sistema UNIVA

More posts by Comunicación Sistema UNIVA