
Ana Cristina Cisneros García · Estudiante de la Licenciatura en Médico Cirujano, UNIVA Guadalajara
¿Podrá la inteligencia artificial sustituir a los médicos en algún punto de la historia? La IA se ha convertido en una herramienta muy poderosa, ya que cada día nos facilita más algunas actividades humanas, puesto que, mediante diversos algoritmos, las máquinas «aprenden» y «toman decisiones». Ya no es ciencia ficción cómo lo sería hace unos años, es nuestro presente. Esta misma ya ha dejado muchas profesiones atrás, ¿por lo tanto el ámbito de salud seguirá siendo la excepción?, la IA nos ayuda a diagnosticar enfermedades, realizar análisis de imágenes médicas, crear modelos de predicción, y descubrir nuevos fármacos, pero ¿Por qué continuaríamos dependiendo de la figura del médico si ya realiza todo por nosotros? ¿Para qué sigo estudiando medicina si en un futuro puedo no ser requerida?
El problema de si una pinza robótica tomará el estetoscopio, sería que no cuenta con la empatía de los humanos, ya que medicina se caracteriza por una profesión muy humana. La ética influiría bastante, así como aún tiene sus capacidades limitadas, la falta de transparencia, riesgos de privacidad, etc. Sin embargo, no la descartaría como ayudante del médico.
Como dice Gustavo Ross Quaas, emprendedor de IA, tecnología de la salud y tecnosofista: “La pregunta no es si la inteligencia artificial reemplazará a los médicos, sino quiénes serán los que se reemplacen si no la aprovechan”. Es importante que quienes ejercen dentro del ámbito de la salud tengan la conciencia de que requieren no sólo actualizarse en la especialidad, sino aprender el uso de herramientas tecnológicas para ser eficientes y atender mejor a los pacientes. La idea es que la IA haga labores repetitivas de forma más eficiente y precisa, y proporcione al personal de salud la liberación de tiempo para dedicarlo más al paciente, o a su actualización profesional, pero el reto por ahora es hacer que adopten la herramienta de IA.
Imaginemos que un médico oncólogo con el apoyo de la IA, pueda revisar una radiografía en segundos y, junto con ella, predecir complicaciones, dar un tratamiento más certero y, por ende, optimizar los resultados. En este escenario el médico no estaría siendo reemplazado, sino que la IA actuaría como herramienta para optimizar su labor, permitiéndole centrarse en la interacción humana, y el proceso de toma de decisiones complejas, sin dejar de lado la parte de la ética ni el humanismo.
Invito a todos los médicos y a los lectores, a integrar a la inteligencia artificial en nuestras prácticas médicas y en nuestra vida diaria, ya que no es enemiga ni suplente de nosotros; nunca podrá reemplazar el contacto humano. La IA reduce errores, ofrece tratamientos más efectivos, visualiza complicaciones a futuro y puede ser la mejor amiga de un médico. Como médicos nuestra misión es brindar la atención a nuestros pacientes, y en un mundo donde la tecnología avanza a grandes pasos, tenemos la oportunidad de llevar nuestra práctica médica al siguiente nivel, ¡no lo desaprovechemos!